Espero que hayáis disfrutado de la parafernalia navideña o, si no ha sido así, al menos lo hayáis pasado lo mejor posible. Hago esta entrada con el cuerpo aún atiborrado de turrones y dulces varios, más el firme propósito de aumentar mis visitas al gimnasio en las próximas semanas. Y es que, aunque me resista con valentía hasta el final, la carne es débil y los dulces muy tentadores.
De los acontecimientos en el mundo prefiero no comentar, porque lo de Gaza le quita a una las ganas de tener ganas, como dicen los de Gomaespuma. La misma barbarie de siempre mientras aquí nos llenamos la boca de buenas palabras y turrones varios. ¿Por qué los que cometen estas atrocidades suelen escudarse tras afrentas o agresiones sufridas por sus padres, abuelos o bisabuelos? Un pueblo que padeció el holocausto nazi no debería estar haciendo a otros lo mismo que les hicieron a ellos. Será cierto eso de que los humanos no aprendemos nunca.
De modo que hoy, para no perder las ganas de tener ganas, sólo cuelgo una canción que me gustaba mucho hace taitantos años: Last Christmas de Wham.
Y, por si no tengo tiempo de actualizar el blog en los próximos días, os deseo:
FELIZ AÑO 2009.