martes, 26 de abril de 2011

RETORNO... AL TECLADO

Después de estos días de receso de Semana Santa, toca recuperar las rutinas de siempre. Incluidas las verduritas, las carnecitas y los pescaditos a la plancha después de ciertos excesos gastronómicos que mejor no detallo. Habrá que evitar subirse a la báscula durante unos cuantos días.


Lo mejor: el reencuentro con mis personajes. Ya les echaba de menos.



(Fotografía tomada de www.tecnocosas.es)

viernes, 15 de abril de 2011

CHAPLIN

Hoy me entero por San Google de que hace 122 años del nacimiento de Charles Chaplin, ese genio de bigotillo, bastón y andares pizpiretes. Así que regreso a esta nuestra comunidad tras algún tiempo de ausencia (es que ando muy liada ahora y el día no me da para más) para homenajear a este buen señor. La verdad es que me ha costado decidirme por una sola escena, porque hay tantísimas para incluir… desde la escena en la que se come una bota en La quimera del oro hasta el baile con el globo terráqueo en El gran dictador, o la escena de la fábrica en Tiempos modernos, y muchas más. Al final, he elegido la de la barbería de El gran dictador, con esa Danza Húngara de Brahms. La verdad es que si fuera hombre, no sé si me pondría en manos de un barbero así, por muy buena música que eligiera para su "performance".




viernes, 1 de abril de 2011

¿CRUELDAD INTOLERABLE?

“Conforme me hago mayor, más me apetece matar… en la ficción”. Esto es lo que afirma Maruja Torres en la entrevista que publica hoy el País a propósito de su último trabajo, una novela negra cuyo título es Fácil de matar. (enlace a la entrevista).


Curiosamente, a mí me ocurre lo mismo. De un tiempo a esta parte, ya no tengo reparos en cargarme en mis novelas a algún personaje que sea especialmente ruin, ni en hacer caer desgracias sobre otros que, sin pecar de malvados, han demostrado ser necios y egoístas. Sabido es que la estupidez puede hacer tanto daño como la maldad. O incluso más. Y cuando fabula, el escritor es quien manda sobre las vidas de sus personajes. ¿Afán justiciero? ¿Sadismo camuflado? ¿O es que con los años nos ataca el síndrome de Harry el Sucio?


(Fotografía de Clint Eastwood tomada del blog Cinemanía. La de Maruja Torres de El País)