jueves, 26 de noviembre de 2009

CITA

Hoy traigo una cita de Esther Tusquets. Acabo de leer Confesiones de una vieja dama indigna, la continuación de Habíamos ganado la guerra. En esta entrega, Esther Tusquets habla de los comienzos de la editorial Lumen hasta su venta al grupo Random House Mondadori, de los hombres y mujeres a los que amó, y también desfilan por el libro agentes literarios, escritores famosos y menos famosos, y editores como Carlos Barral y Jorge Herralde, por citar a dos de los míticos. Pero el interés de este libro no sólo está en las sabrosas anécdotas que cuenta sobre el mundo editorial y literario, sino en las reflexiones de la autora sobre la vida y la muerte, el amor y los celos, la lealtad y la traición, la maternidad. Y nada más empezar a leer, encontré en las primeras páginas una frase que me llamó la atención, porque Tusquets expresa algo que llevo pensando desde que nació mi hijo, y además, ella lo escribe casi con las mismas palabras que llevo en la cabeza desde hace años. Cito un extracto del párrafo en el que habla de los hijos:

Y le sorprende a una durante bastante tiempo descubrirse ante ellos rendida casi de antemano, aunque intente inútiles gestos de protesta, pues los hijos son, al menos para mí, y eso sí lo descubres pronto, irrenunciables. Puedes romper con tus padres, con tus maridos, con tus amantes, incluso con tus mejores amigos, pero no puedes romper con tus cachorros, y eso te deja inerme entre sus manos, y causa una molesta irritación.

La de veces que habré pensado yo lo mismo desde la primera vez que sostuve a mi hijo entre los brazos. La de veces que taché a mis padres de pesados cuando se preocupaban por tonterías, o lo que me parecían entonces tonterías, para comprobar, años después, que ahora la que se preocupa por tonterías y se pone pesada soy yo. Sí, los hijos son irrenunciables y al principio cuesta aceptarlo, porque cambian nuestra existencia de raíz y eso hay que digerirlo. Desde su llegada, la vida deja de pertenecernos y pasa a girar para siempre alrededor de ellos. Pero los hijos también nos salvan del egoísmo de vivir encerrados en nuestro caparazón, pendientes de nuestro bienestar, nuestros males y nuestras neuras.

Y que conste que no pretendo ponerme babosa, ni en plan “madre no hay más que una”. Pero es que encontrarme en un libro con una reflexión que coincide de tal manera con lo que pienso desde que me convertí en madre, me ha abierto el grifo de la disertación.

lunes, 23 de noviembre de 2009

SERRAT Y MIGUEL HERNÁNDEZ

He leído en El País que Joan Manuel Serrat va a sacar otro disco con poemas de Miguel Hernández para celebrar el centenario del poeta (link del artículo). También habrá gira. No sé si esta nueva adaptación de los versos de Miguel Hernández conseguirá igualar en mi bagaje sentimental a aquel disco de vinilo que nos ayudó a muchos jóvenes a descubrir a Miguel Hernández y que ahora escucho en formato de CD. Pero ya aguardo el nuevo trabajo de Serrat con ilusión.



Del disco de vinilo de 1972, el tema que más me ha emocionado desde siempre es la Elegía a Ramón Sijé.

(Las dos fotografías las he tomado de El País.)

miércoles, 18 de noviembre de 2009

¡TURRONES A LA VISTA!

Hace ya algunos días que los supermercados han tenido la amabilidad de recordarnos la proximidad de la Navidad, llenando sus estanterías con esas mercancías de gran poder de adherencia llamadas turrones, chocolates, mazapanes y dinamitas varias. Hay que ver lo considerados que son recordándonos en este otoño más bien caluroso que, pese a la temperatura tan suave, queda poco más de un mes para esas fechas tan entrañables y tiernas en las que nos gastamos más dinero de la cuenta. Y nos atiborramos de dulces y no dulces. Y nos esponjamos el hígado de vino y cava. Y nos empachamos. Y después, nos ponemos a régimen porque ya no nos entran ni los pantalones elásticos, que son los que mas ceden.

Y lo malo de todo este tinglado navideño es que, por muy críticos que seamos con él, siempre nos dejamos arrastrar. Porque, ¿cómo no vamos a preparar comiditas ricas para la familia? ¿Cómo no vamos a comprarle un regalito a cada uno de nuestros seres queridos, incluidos el perro, el periquito, el hámster y la tortuga? ¿Y qué es eso de acompañar las opíparas comilonas con agüita clara, que será buena para la vista pero no da alegría de la buena? Vino y cava hasta que el hígado y la tarjeta de crédito griten “basta”. Hasta que la mente se nos nuble y se nos escapen tonterías muy tontas. Y acabemos enfadándonos los unos con los otros hasta la siguiente Navidad.

Menos mal que, gracias a la amabilidad de los supermercados, quedamos avisados de lo que se avecina. Si es que son tan majos ellos…

La fotografía de los turrones es de aquí.

jueves, 12 de noviembre de 2009

HOJAS DE OTOÑO

Da gusto caminar estos días por las calles ribeteadas de árboles cuyas hojas se han teñido de ocre, marrón y rojo. Da gusto pisar la alfombra de hojas caídas que crujen y sisean bajo nuestras suelas. Da gusto sentirse melancólico al percibir el susurro de los pasos. Y saborear esa melancolía romántica y deseada, que no se parece a la otra que a veces nos asalta sin invitación. Son hermosas las hojas de otoño.


(La fotografía otoñal es de www.fondosgratis.com.mx)

domingo, 8 de noviembre de 2009

SOBRE LAS DESCARGAS DE LIBROS


He leído hoy en XLSemanal un excelente artículo de Carmen Posadas sobre la descarga gratuita de libros por internet y los problemas que eso nos crea a los autores. Creo que explica perfectamente la problemática desde el punto de vista del autor y por eso copio más abajo el link. Merece la pena leer este artículo, con cuyo contenido estoy de acuerdo hasta la última coma.


miércoles, 4 de noviembre de 2009

CINCUENTA AÑOS CON LA MUERTE EN LOS TALONES

He leído que el lunes hizo cincuenta años del estreno de Con la muerte en los talones de Alfred Hitchcock. Es una película que no tiene desperdicio, pero cuando pienso en ella, lo primero que me viene a la cabeza es la escena de la avioneta fumigadora que persigue a Cary Grant por una carretera solitaria en medio del secarral y acaba estrellándose contra un camión cisterna. Bueno, también está la persecución final por el Monte Rushmore, con Cary Grant y Eve Marie Saint trepando por las rocas donde están esculpidas las caras de los presidentes de los Estados Unidos. Y muchas escenas más. Aunque donde esté la de la avioneta…


martes, 3 de noviembre de 2009

JOSÉ LUIS LÓPEZ VÁZQUEZ Y FRANCISCO AYALA

Creo que la parca es inoportuna por naturaleza y siempre llega en mal momento, porque siega muchos proyectos e impide disfrutar de la vida, tanto de las grandes pasiones como de los pequeños placeres de cada día. Aunque en el caso de José Luis López Vázquez, que falleció ayer a los 87 años, y de Francisco Ayala, que ha muerto hoy a los 103 años, al menos puede decirse que tuvieron tiempo de exprimir tanto lo bueno como lo malo de la vida y de dejarnos un nutrido legado artístico. Descansen en paz.

Acerca de José Luis López Vázquez en El País



Acerca de Francisco Ayala en El País




(Las fotografías las he tomado de El País.)