jueves, 25 de marzo de 2010

AS TIME GOES BY

Esta mañana venía en el periódico la muerte de Robert Culp, el actor de televisión que protagonizó en los años sesenta la serie I Spy junto con Bill Cosby. La verdad es que ya no recuerdo gran cosa de aquella serie que veía de niña en la tele. Sólo que los protagonistas, uno blanco y el otro negro, eran guapetes, espías camuflados de deportistas y graciosillos, y resolvían los casos en un pis-pas. Pero al ver la foto del Culp anciano en el periódico cuando mis neuronas aún estaban medio dormidas, confieso que me ha dado por cavilar. Será cosa de este tiempo brumoso, que nos predispone a perdernos en elucubraciones nocivas.

Siempre había oído decir que apreciamos el devastador paso del tiempo en los demás antes que en nosotros mismos. Cosa bien cierta. ¿A quién no le ha sucedido eso de encontrarse después de muchos años con un viejo amigo o conocido y pasarle por la cabeza en un segundo lo mucho que ha envejecido esa persona? Lo que casi nunca se nos ocurre pensar en esos casos es que la persona surgida del pasado tal vez esté pensando lo mismo de nosotros. Pues ahora, para los que fuimos niños en los años sesenta y crecimos viendo aquellos televisores-armatostes en blanco y negro, o sea, para los que quizá fuimos la primera generación de teleadictos infantiles, hay otro factor que nos recuerda el paso del tiempo: la televisión. Mejor dicho, cuando los protagonistas de las series de nuestra niñez se hacen viejitos y un buen día aparece una foto de su ancianidad en algún periódico para comunicarnos que han muerto y dejarnos claro que el tiempo pasa inmisericorde para todos. Y así comprobamos que los niños de Flipper hace siglos que dejaron de ser tiernos infantes, que de los cuatro hijos de Bonanza ya no queda ninguno vivo, que Simon Templar “El Santo” está acartonado, que de los protagonistas de Hawai 5-0 (Hawai Sinco-Sero en el doblaje portorriqueño de la época) nunca más se supo y que el Capitán Stubbing de Vacaciones en el Mar (sí, ya sé que esta serie es de los setenta) ya no surca los mares en bermudas blancos porque juega al golf en una residencia de ancianos de Miami. ¡Por Dios! ¿Dónde andaremos cuando se jubile Espinete, el héroe televisivo al que veían nuestros hijos mientras merendaban bocadillos de Nocilla o Bollicaos?

Uff, es mejor no pensarlo y echar unas risas con este vídeo:




(Las fotografías las he tomado de El País)

3 comentarios:

carmen dijo...

Que abandonadica te tengo,mi querida Carmen.Que no haga comentarios ,no quiere decir que no me asome por estos Días de Menta y Canela.
Hoy me has hecho recordar cuando yo veía la tele.Ahora no la veo nunca.
¡Vaya marcha la tortuga !
Saludicos.

39escalones dijo...

Ja,ja,ja... Qué buena la tortuga...
En esto también se nota el paso del tiempo: muere un actor y nos impacta porque forma parte de nuestro pasado, de nuestra memoria, de otro tiempo y de otra forma de ver la tele. Otra cosa que se perderá, porque, ¿alguien se imagina conmocionándose por la muerte futura de un pedorro de, por decir una, "El internado"?
Abrazos.

Carmen Santos dijo...

Carmen: No te preocupes, que ya sé que aunque no comentes, no tienes olvidado a este "Días de menta...".
Ya lo creo que ha salido marchosilla la tortuga rapera esta.
Saludicos

39escalones: Yo no he visto "El internado", pero me da la impresión de que los jovenzanos esos al menos se lo curran, pero ¿qué me dices de los reality shows tipo "Gran Hermano" y engendros por el estilo? Desde luego, no me imagino al personal conmocionado por perder de vista a esos frikis.
Besos