lunes, 2 de febrero de 2009

ESOS LOCOS BAJITOS

Ayer leí en El País el artículo semanal de Elvira Lindo (es mi tarea del domingo, tanto si lo pasamos en casa como si salimos de fin de semana: leer primero los suplementos de varios periódicos, que siempre comienzo por los artículos de opinión, y después los propios periódicos, que también empiezo por los artículos de opinión. Una que es de costumbres fijas). El escrito se titula “Anda, dales un beso” y va de niños malcriados y tiranuelos. Según uno de los titulares que se destacan en el texto: “Una metáfora que define a las mil maravillas la realidad: niños malcriados y padres acojonados”. Pongo aquí el link, porque merece la pena leerlo.

Me resultó reconfortante leer en palabras de Elvira Lindo algo que me he preguntado muchas veces en los últimos años (tanto me lo he preguntado, que he llegado a temer si no me estaré volviendo antigua, como esas abuelillas a las que cualquier tiempo pasado les parece mejor). Es decir: ¿no nos estaremos pasando de vueltas mimando a nuestros retoños, velando por sus innumerables derechos y viviendo en constante temor a causarles un trauma por cualquier cosa? Hemos pasado del autoritarismo sin límites bajo el que fuimos criados los que ahora andamos por los cincuenta a una permisividad también sin límites. Y digo yo que entre zurrar a los hijos como remedio universal o que sean ellos los que tiranicen a los padres como si tal cosa, debería haber un punto intermedio y saludable que en algún momento nos hemos debido de saltar.

¿Quién no habrá vivido alguna vez la situación que describe Elvira Lindo en su artículo? Resumo el escenario: uno va de visita a casa de amigos que tienen niños pequeños, criaturas que ya no es que no estén por la labor de saludar a los pobres y acongojados visitantes, sino que les taladran directamente con una mirada torva y amenazante que hiela la sangre, sobre todo si esos viejos pelmazos osan entrar en su habitación-santuario. A mi eso me ha ocurrido tal cual. Y en momentos así, me alegro de que mi hijo ya sea adulto y que, pese a los muchos errores que sin duda cometimos sus padres, integrantes de aquella generación idealista del no-autoritarismo (aunque creo que de vez en cuando éramos realistas), ha salido un ser humano que merece la pena (y no es pasión de madre).

Si educar a los hijos siempre ha sido difícil, porque los niños no vienen con manual de instrucciones y los padres vamos aprendiendo sobre la marcha tras haber cometido muchos errores, creo que hoy en día se está convirtiendo en una tarea francamente dura. Yo confieso que me alegro de haber dejado atrás esa etapa.

7 comentarios:

Mario dijo...

Tranquila Carmen, no son los años, no te vuelves abuela... A mi me pasa lo mismo. Qué estamos creando?

Carmen Santos dijo...

No sabes lo que me tranquilizas, Mario.
Y me alegro de saludarte de nuevo por aquí.
Besos

Anónimo dijo...

Hola,
Entro aquí desde el blog de Ernesto, después de ver que coincidimos en esto de cierto jazz. Por coincidencia ayer escuchaba en la radio francesa que se quería prohibir en Francia la cachetada o la nalgada a los niños. Yo soy profesor de Instituto y veo a menudo lo que dices. Jóvenes maleducados de tanto haber sido mimados. ¡Cómo les hablan a los padres! Y al igual que tu me digo "ha de ser que me estoy poniendo viejo".
Un saludo y felicitaciones por este espacio.

Carmen Santos dijo...

Hola, Leonardo, me alegro de conocerte virtualmente.
A veces pienso que para los chavales tampoco pueden ser buenos tantos mimos. Todos necesitamos disciplina y que nos marquen unos límites, cosa que (en mi opinión, claro está) no es lo mismo que represión.
Besos

Anónimo dijo...

Que alegría descubrir "menta y canela" ¡que ricas las dos!.Totalmente de acuerdo con lo de la educación de los hijos ¡que difícil!sobre todo si somos de esos padres que queremos educar y a la vez formar a nuestros hijos buenos seres humanos.Yo me compraba toda clase de libros sobre la educación de hijos,que desilusiones cada vez que intentaba ponerlo en práctica.En la educación casi siempre hay que utilizar la intuición, ¡y que difícil es !Y la adolescencia,esa época en que somos hormonas con patas......Una vez ,no recuerdo quién fue,pero alguien famoso,leí que le habían preguntado cual era su mayor temor o preocupación,contestó;la adolescencia de mis hijos.Podría estar escribiendo sin parar sobre el tema simplemente por experiencia personal,no es el caso,pero repito que dificil es educar,no se puede estudiar en ningún libro.Carmen,enhorabuena por este"BLOG"lo he conocido por un comentario tuyo en"39 escalones"a partir de ahora,ADICTA.......Saludos

Anónimo dijo...

Que alegría descubrir "menta y canela" ¡que ricas las dos!.Totalmente de acuerdo con lo de la educación de los hijos ¡que difícil!sobre todo si somos de esos padres que queremos educar y a la vez formar a nuestros hijos buenos seres humanos.Yo me compraba toda clase de libros sobre la educación de hijos,que desilusiones cada vez que intentaba ponerlo en práctica.En la educación casi siempre hay que utilizar la intuición, ¡y que difícil es !Y la adolescencia,esa época en que somos hormonas con patas......Una vez ,no recuerdo quién fue,pero alguien famoso,leí que le habían preguntado cual era su mayor temor o preocupación,contestó;la adolescencia de mis hijos.Podría estar escribiendo sin parar sobre el tema simplemente por experiencia personal,no es el caso,pero repito que dificil es educar,no se puede estudiar en ningún libro.Carmen,enhorabuena por este"BLOG"lo he conocido por un comentario tuyo en"39 escalones"a partir de ahora,ADICTA.......Saludos

Carmen Santos dijo...

Hola Carmen: Me alegro de conocerte.
Veo que coincidimos en muchas cosas. Yo también me compré infinidad de libros y revistas sobre educación infantil,tanto antes de nacer mi hijo como después. Y recuerdo que nunca me sirvieron de nada, porque la práctica no se parecía a lo que había leído y siempre tocaba improvisar.
Besos