viernes, 30 de abril de 2010

EL BEATLE DISCRETO

Escuchado esta mañana mientras esperaba mi turno en una copistería:



A veces estamos en una tienda aguardando a que nos toque la vez, o en un bar anodino apurando un café rápido, o simplemente esperando en una copistería abarrotada de gente, cuando la radio que tienen encendida los empleados para amenizar su jornada laboral emite de pronto, entre otras melodías que no han logrado despertar ninguna reacción, una canción que enseguida nos transporta a otro tiempo. A otra vida tan lejana que ni parece nuestra. Y surgen de la memoria aquellos pantalones de campana cuyas perneras chocaban entre sí y emitían un sonido siseante cuando andábamos. Y los espantosos zapatos de plataforma cuyas punteras parecían buques rompehielos. Y las camisetas ajustadas y cortas enseñando ombligos que todavía no sabían lo que era un piercing. Y dejamos de ver a los chavales que hacen fotocopias a destajo y a la gente que espera con nosotros, porque George Harrison, el Beatle más discreto, el que tenía cara de buena persona, ha despertado nostalgias de un tiempo que sólo existe ya en el recuerdo.

5 comentarios:

39escalones dijo...

Discretísimo, sí (y también discreto, a la par que visionario productor de cine, por cierto), excepto a la hora de plagiar canciones, porque con "My sweet Lord" se lució y su buena pasta le costó...
Saludos.

Ernesto dijo...

Y que placer experimentamos cuando en algo sencillo y cotidiano, de repente, nos encontramos con algo que nos remueve y nos hace experimentar sensaciones que pertenecen a nuestra intimidad.
Preciosa canción de éste, efectivamente, discreto músico.
Besos.

Carmen Santos dijo...

39escalones: Me has dejado muueeeerta, Alfredo. Con lo bien que me ha caído siempre (y me sigue cayendo) George Harrison y ahora me dices que ha plagiado. ¿A quién copió?
Besos

Ernesto: Sí, es curioso que una melodía, un sonido, un aroma o un sabor nos puedan transportar así a momentos de nuestra vida que creíamos olvidados.
Besos

Mariano dijo...

Recuerdo que cuando se publicó el disco de George Harrison: All Things Must Pass en 1970 en cuyo disco venía incluida la canción: My Sweet Lord, ya me parecía una melodia conocida y efectivamente parece ser que fue un "plagio inconsciente" del tema: He's So Fine de The Chiffons publicado en 1963 y fue multado por ello.

Esto no quita que Harrison elevara aquella canción al olimpo de la historia del rock e hiciera inolvidable el mismo tema en el concierto por Bangladesh cuando la interpretó junto a Eric Clapton.

Guardo los dos vinilos: All Things Must Pass y Concert For Bangladesh como oro en paño y no me canso de escucharlos de vez en cuando.

Leo que estas preparando una nueva novela, te deseo un buen trabajo y ya nos enteraremos cuando se publique para leerte de nuevo.
Besos

Carmen Santos dijo...

Hola, Mariano, me alegro de verte de nuevo por aquí.
Pues no recordaba "He's so fine", pero ahora que lo dices y haciendo memoria, esta canción y "My Sweet Lord" suenan muy parecidas. Vaya vaya con George Harrison.
En cuanto a la nueva novela, todavía queda mucho trabajo por delante, pero de momento va saliendo con bien. Os iré informando.
Besos