viernes, 22 de enero de 2010

LOVE STORY

He tenido esta casa un poco abandonada últimamente, pero después de una semana bastante liada en la que no he dispuesto de tiempo para actualizar el blog, prometo enmendarme.

Para empezar, una noticia noticiosa: ¡Estreno página web! Tras unos días de pruebas, ya está operativa mi nueva web diseñada por Abdis. Podéis echarle un vistazo en la dirección www.carmensantos.es.

Y después de esta introducción, un bañito de nostalgia. El otro día venía en el periódico la noticia del fallecimiento de Erich Segal, el autor de Love Story. A la gente joven tal vez ni le suene quién fue este señor, pero los que tenemos unos añitos, o mejor dicho, las que tenemos unos añitos, aún recordamos la absurda frase que decían en la lacrimógena película de 1970 basada en su novela: El amor significa no tener que decir nunca lo siento. Una lindeza que hizo gracia al personal y acabó adornando los pósters que colgábamos en nuestras habitaciones de adolescentes enamoradizas. Luego estaba la banda sonora compuesta por Francis Lai. Una melodía suave y pegadiza que en su día cantó todo aquel que tenía voz y tocó todo aquel que tenía manos. Ahora me parece empalagosa, pero a los doce años esas cursiladas me hacían soñar. Sobre todo, teniendo en cuenta que el protagonista de Love Story era un Ryan O’Neal joven, musculoso y viril, que aún se hallaba muy lejos de convertirse en el señor gordote que aparece de vez en cuando en Mujeres Desesperadas. Claro que los años también pasan para los guaperas de Hollywood.

Yo vi la película varias veces. La primera en una expedición de amigas equipadas con un considerable cargamento de pañuelos de papel, porque la campaña publicitaria había difundido imágenes de gente que salía del cine llorando a moco tendido. La sugestión hizo efecto y cuando la protagonista murió de leucemia, no quedó en la sala ni un ojo seco ni un paquete de pañuelos entero. Me enamoré platónicamente de Ryan O’Neal y a partir de entonces, arrastré al cine a toda amiga que se dejara embaucar para ver de nuevo una película simplona que no merecía tanta peregrinación. Pero, ya se sabe que las hormonas adolescentes nublan la razón. Más adelante convencí a mi padre para que me dejara encargar la novela de Segal al Círculo de Lectores, al que estábamos suscritos en Alemania. Tampoco recuerdo que el libro poseyera una gran riqueza literaria, aunque huelga decir que en su día me gustó. Y no sólo a mí, a juzgar por las desmesuradas ventas en todo el mundo que convirtieron a Segal en millonario.

Han pasado cuarenta años desde aquella movida. No sé cuanta gente se acordará hoy en día de Love Story o de su autor, pero en mi memoria Segal, su novela y el entonces guaperas de Ryan O’Neal ocupan una parcelita especial.

(La fotografía es de www.coveralia.com)

2 comentarios:

Pepa dijo...

Pues yo, yo misma recuerdo perfectamente el folletín, cómo no. Ahora bien, debo hacer constar que, aún entonces, la película me pareció mediocre. Sólo me gustó una escena en la que Ryan va buscando a la chica por el Conservatorio y, según abre una puerta tras otra en un interesante travelling por un pasillo, se oyen diferentes músicas de gente que ensaya. El resto...bueno, el resto era disfrutar con la visión de una pareja tan estética y poco más, porque mira que eran guapos, sobre todo él...
La novela me gustó más, y ¡qué risa! yo también la pedí al Círculo de lectores. Qué tiempos aquellos...
Luego creo que el señor Segal escribió una segunda parte (Oliver Story, o algo así) que yo ya no leí, y debió pasar sin pena ni gloria. Desconozco si escribió algo más.
Y, de cualquier forma, otro que se nos va, otro pedacito de nuestra personal historia...
Besitoss
Pepa

Carmen Santos dijo...

Si que eligieron una pareja de lo más estética para la película, y Ryan O'Neal entonces era muy guapo. Lástima que haya envejecido tan sumamente mal.
En cuanto a Segal, he leído en El País que publicó otras tres novelas con vocación de best seller y "títulos especializados en cultura clásica", según dice el artículo. Pero los de nuestra generación siempre le recordaremos por "Love Story". Como tú dices, es un pedacito de nuestra historial personal.
Besos