lunes, 15 de noviembre de 2010

¡SAPOS, NOOO!

La muerte de Luis García Berlanga me pilló fuera este fin de semana, por lo que mi entrada llega ya con un retraso considerable. Pero aunque esté todo dicho, no me voy a privar de dedicarle un post a este señor tan observador, mordaz y cargado de un humor muy, pero que muy negro (a la par que surrealista).


Me gustan todas sus películas. Unas más, otras menos, como suele ocurrir, pero creo que hasta sus trabajos “menores” son mejores que algunas cosas que nos venden por ahí como maravillosas. Mi favorita desde siempre es Bienvenido Mr. Marshall. Sigo tronchándome cuando veo a Pepe Isbert asomado al balcón de la casa consistorial y graznando eso de “Como alcalde vuestro que soy, os debo una explicación y esta explicación que os debo os la voy a pagar”. O cuando llega la escena del sueño del alcalde ante la inminente llegada de los americanos y Pepe Isbert irrumpe en un salón del oeste, disfrazado de sheriff y poniendo cara de mucha ferocidad. Y por cierto, ¿quién no ha imitado en alguna reunión familiar o de amigos - y con algunos tragos encima, todo sea dicho - la parrafada balconera de Pepe Isbert, mientras los demás se mueren de la risa etílica en sus sillas?


Creo que a los que ya tenemos cierta edad, las películas de Berlanga se nos han metido en la sesera y hasta en casa. En la mía, llamamos “sapos” a los langostinos desde que vimos a Luis Ciges rechazando el que le ofrecían unas damas caritativas en Plácido, esa película tan esperpéntica en la que las buenas gentes de una pequeña ciudad organizan un sorteo de pobres para que cada familia de bien pueda sentar a uno a su mesa por Nochebuena. Y claro, luego pasa lo que pasa: que los pobres les salen zafios, hacen ruidos sorbiendo la sopa y rechazan los manjares que les ofrecen.


- Tenga, un langostino.
- ¡Sapos, no! Que no me gustan.


¿Y qué decir de la escena de Vivan los novios en la que José Luis López Vázquez encuentra a su madre ahogada en la diminuta piscina de plástico donde un rijoso turista extranjero había retozado antes con sus dos amiguitas? Humor hiper-super-mega-negro, que diríamos ahora.

En fin, creo que sobran las palabras. Mejor cuelgo las escena del balcón y del salón de Bienvenido Mr. Marshall.



Y ésta de Plácido:

6 comentarios:

Ernesto dijo...

Un hermoso homenaje el que haces a este gran director, que como acertadamente señalas, nos marcó a toda una generación que disfrutamos con sus películas.

Nos has regalado además una exquisita selección de, posiblemente sus mejores escenas. Gracias, Carmen.

Un abrzo.

Carmen Santos dijo...

Uy, habría puesto más, pero habría quedado la entrada larguísima y tampoco era plan de colgar un post interminable.
Besos
PD: No encontré la escena de Vivan los novios. Es una pena, porque tal como cuenta Berlanga el hallazgo de la abuela ahogada, y aunque sea un hecho luctuoso, queda de lo más humorístico.

Pepa dijo...

Ayyy, otro grande que nos deja...Mi favorita es "Plácido". Sublime, genial...pero no dejemos atrás "El verdugo", con esa escena fascinante en las cuevas del Drach, en la que la mismísima Guardia Civil, megáfono en ristre, sobre una barca, va buscando al pobre protagonista...
¿Y qué pasaba con la censura? ¿Es que era un humor tan inteligente que no se enteraban de nada, que no se percataban de esa sátira feroz?
Yo creo que estimulaba el ingenio. Y si no, acordáos de "La Codorniz"...
Bueno, descanse en paz Berlanga, y que siga siendo un referente de cine, cine, de magníficos guiones y de buenos actores sabiamente dirigidos
Besitoss
Pepa

39escalones dijo...

Se ha ido un grande de verdad, del cine mundial, no solo (sin acento, como se hace ahora) español. El cronista de lo que somos, ni más ni menos.
Besos.

Carmen Santos dijo...

Pepa: Dicen que los funcionarios de la censura eran bastante ceporros. Por eso no captarían la feroz sátira de Berlanga.
Muy buena la escena que citas de las Cuevas del Drach. Esa película también es tremenda. Creo que si nos pusiéramos todos a citar escenas geniales de las películas de Berlanga, juntaríamos una buena lista.
Besos

Carmen Santos dijo...

39escalones: Sí que era grande. Sus películas no envejecen y en cada revisión podemos descubrir matices nuevos. Eso sólo ocurre con las buenas películas.
Besos