martes, 28 de julio de 2009

MÁS FRIVOLIDADES TONTAS... AHORA EN EL MAR

A mí este verano tan caluroso me está afectando directamente a las neuronas. De lo contrario, ¿cómo se puede explicar que me haya acordado de aquella serie de los años setenta y ochenta llamada Vacaciones en el mar (Love Boat en versión original)? ¿No es eso un síntoma inequívoco de deterioro estival de las neuronas?

Los más mayorcitos, o sea, los de mi quinta, seguro que recordaréis al capitán Stubbing y sus bermudas (ahora que lo pienso, toda la tripulación masculina de ese barco del amor llevaba bermudas y calcetines blancos), al médico gafotas, al camarero Isaac, al sobrecargo que tenía cara de empollón, a esa chica rubia que era relaciones públicas y no paraba de sonreír con exceso de almíbar, y a todos los secundarios, actores con mayor o menor solera, que eran repescados por los del casting para interpretar a esos turistas que siempre empezaban el crucero con algún problema y salían con los malos rollos resueltos, algunos hasta llevando un ligue del brazo y sonriendo amplias sonrisas blancas de Profidén, como se decía antes. Y cómo les gustaba a los pasajeros cenar en la mesa del capitán, ellos vestidos con sus mejores galas y ellas rebozadas enteritas en lentejuelas como croquetas con tropezones de glamour. Un mundo feliz puro y casto. Se nota que eran tiempos anteriores a Sexo en Nueva York o Los Soprano, por poner algún ejemplo de última hornada.

Y para que veáis que lo de mi deterioro neuronal va muy en serio y no me da para sesudeces hasta que llegue el otoño, cuelgo un vídeo con los créditos de un episodio en el que, mira por dónde, salía Dana Andrews, el duro policía de Laura de Otto Preminger (hay una excelente reseña de este peliculón en el blog de cine 39escalones). Aquí ya lucía canas y sonrisa a toda máquina (por cierto: fijaos en cómo sonríen a la cámara los actores invitados; no tiene desperdicio). Huelga decir que prefiero recordar al señor Andrews en sus papeles del cine negro de los años cuarenta. Pero así es la vida de los actores cuando se les pasa el tiempo de gloria. Como la de cualquier ser mortal que debe buscarse los garbanzos cómo y donde sea.

¡Pero qué malo es este calor!


8 comentarios:

Anónimo dijo...

Sí era una horterada, con unas historias tan resabidas como harto predecibles. Pero cuando a3 o tele5, no lo recuerdo, empezó de nuevo a bombardear con los capítulos repetidos me quedaba enganchada a la pantalla!... será una carencia infantil o un pesado trauma que no curé en su día?? conste que me cuesta y me duele reconocerlo.
besos
mon.

Carmen Santos dijo...

Es que estas cosas son adictivas. Debe de ser porque son facilonas y se pueden ver a la hora de la siesta, cuando estamos medio fritos y con la cabeza a bajo rendimiento. Aunque descabecemos un sueñecito a mitad, al abrir los ojos no es difícil adivinar por dónde van los tiros.
Besos

39escalones dijo...

Ay, qué caspa, y qué dolor ver a grandes actores arrastrándose al final de sus carreras en estas cosas... Como en la saga "Aeropuerto", por ejemplo, con tanto actor clásico ya mayorcito pendiende de si el avión se estrella o no... Lamentable.
Y las sonrisas Profidén, patéticas.
Gracias por hacerte eco de "mi" Laura.
Saludos.

jose trepat dijo...

Carmen: hoy he descubierto este blog y me apunto como seguidor. por favor no lo abandones. Un saludo.

Carmen Santos dijo...

39escalones: Faltaría más, Alfredo. Tus reseñas son de antología y la de Laura me gusta especialmente. No en vano es una de mis películas favoritas.

En efecto, las películas de la saga "Aeropuerto" también se las traen. ¿Y qué me dices de las de "Aterriza como puedas" y demás "...como puedas"? Y pensar que Leslie Nielsen empezó en el cine haciendo de galán...

Besos

Carmen Santos dijo...

Hola, José. Me alegro de saludarte por aquí y bienvenido a este blog. Y tranqui, que aunque el calor haya ralentizado algo mi actividad bloguera, no abandonaré este espacio por el que pasa tanta gente maja.
Besos

carmen dijo...

Menudo desfile de sonrisas......
No hay una que parezca ni por lo mas remoto algo natural.
Recuerdo esta serie,como también recuerdo que no vi ni un solo capítulo.Carmen tranquila,este calor no solo afecta a las neuronas si no a todo el body.....
Saludicos.

Carmen Santos dijo...

No te perdiste mucho, Carmen. Todos los capítulos seguían el mismo esquema. Sólo cambiaban los actores invitados y el paisaje. Lo dicho: para ver a la hora de la siesta, entre sueñecito y sueñecito.
Saludicos