jueves, 16 de diciembre de 2010

Blake Edwards

Hoy se ha ido otro de los grandes directores de cine del siglo XX, Blake Edwards, que además, es uno de mis favoritos. Resulta difícil quedarse con una sola película para colgar aquí una escena, porque este hombre igual dirigía comedias desternillantes como La Pantera Rosa o El Guateque, que hacía llorar al personal con un dramón como Días de Vino y Rosas o nos ofrecía una comedia de envoltura romántica, aunque amarga en el fondo, como Desayuno con Diamantes.

Bueno, pues como me encanta Desayuno con Diamantes, voy a colgar la escena del beso final bajo la lluvia. Ya sé, ya sé. La puse hace tiempo para ilustrar una entrada. Pero es que ese final romántico-lluvioso con fondo de pesimismo, que siempre me hace pensar en el futuro de esa pareja, cuando se les apague la pasión y sólo quede la frustración por todo aquello a lo que renunciaron para estar juntos, pues… es que es mi debilidad suprema. Verla es para mí tan gratificante como comer chocolate o ponerme morada de gominolas. Aunque esto por lo menos, no engorda.


Pero también hay que echar unas risas, que este hombre rodó grandes comedias y hasta sacó mucho partido del pirado de Peter Sellers. Aquí está la escena del camarero beodo de El Guateque. Por cierto, ¿quién no ha ido alguna vez a una fiesta en la que no conoce a nadie y se ha sentido como Peter Sellers en El Guateque? Yo lo llamo el momento Peter Sellers. Y no me diréis que no se pasa fatal.


De La Pantera Rosa recuerdo muchas escenas hilarantes, una de ellas la persecución de coches con los ocupantes de los vehículos enfundados en disfraces estrafalarios. Pero en YouTube no he encontrado ninguna de las que buscaba. Así que, cuelgo este número musical tan años sesenta. Atentos al coro de chicos que, vestidos con jerseys de cuello alto, se contonean al fondo tocando guitarras, acordeones y maracas. Impagables.



4 comentarios:

Ernesto dijo...

Magnífico y merecido homenaje a Blake Edwards. Creo haber visto todas sus películas, y por supuesto, nunca me cansaré de disfrutar con Desayuno con Diamantes.

Muchos besos y una feliz Navidad, amiga Carmen.

39escalones dijo...

Una lástima de pérdida, otra más de este año.
Por otro lado, entiendo muy bien la mitificación de "Desayuno con diamantes", pero ahí coincido con Capote en que esa escena final fue un error.
Besos.

Carmen Santos dijo...

Ernesto: Desayuno con diamantes es una de esas películas de las que no se cansa uno nunca.

Yo también te deseo Feliz Navidad. A mí no es que me hagan gracia estas fiestas, pero ahora ya no las detesto tanto como antes. A pesar de la fiebre consumista que desatan, en cierto modo vienen bien para reunirnos con esa familia que vive lejos y a la que no podemos ver durante el resto del año, o para salir de comida con los amigos con la excusa de las fiestas. Así que, disfrutemos de la buena compañía, de los langostinos, del cava y del atracón de dulces. Y en enero, a hacer dieta.
Besos

Carmen Santos dijo...

39escalones: Sí, puede que esa escena tan romántica no acabe de encajar con la desesperanza que se lee entre líneas durante el resto de la película. Seguro que ese final sería una imposición de los productores, aunque no consiguieron engañar a Edwards, porque el pesimismo sigue acechando bajo el final feliz.
Besos