viernes, 23 de julio de 2010

CALIFORNIA DREAMING

Últimamente tengo las neuronas en stand-by del calor que ha hecho y ahora también el termostato del body desconcertado por este último cambio brusco de temperatura. Si es que necesito vacaciones con urgencia, aunque de momento me conformaré con viajar mentalmente a la soleada California de los años sesenta. Aquellos años de contracultura, hippies melenudos ellos y ellas, flower power, haz el amor y no la guerra, la llegada del hombre a la luna, rebeldía por doquier… y una especie de optimismo en el aire que ahora hemos perdido. Cuando veo películas de los años sesenta, cuenten lo que cuenten, con la mayoría de ellas me da la impresión de que desprenden un no se qué optimista que ya perdimos hace años.

Los que fuimos niños en la década de los sesenta crecimos rodeados de confianza en el futuro, porque todos los días nos vendían la moto de que la humanidad sólo podía mejorar, que los avances técnicos y el progreso eran imparables y que erradicaríamos hasta las enfermedades que siempre habían azotado al ser humano. Fueron tiempos anteriores al sida, a la primera guerra de Irak (y a la segunda) y a tantas otras calamidades que nos bajaron de las nubes. Los ilusos años sesenta. California Dreaming…

California Dreaming de The Mamas & The Papas

2 comentarios:

Ernesto dijo...

Auqellos años sesenta... a los que me has retrocedido con la magia de tus palabras. He disfrutado de ese California dreaming, tantas veces bailado en guateques, y me ha venido al recuerdo aquella película que nos descubrió a un jovencísimo Dustin Hofman:

(He intentado insertar el trailer pero no he podido, así que te dejo el enlace
http://www.youtube.com/watch?v=vSq2_xvAqj8)


Gracias por el viaje a aquellos tiempos. Ah, y tómate las vacaciones.

Un beso, Carmen.

Carmen Santos dijo...

Yo no llegué a bailar esta canción en guateques, pero sí forma parte de la banda sonora de mi infancia.
Gracias por hacerme recordar "El graduado". Es de esas películas que nunca me canso de ver. ¡Qué jovencísimo estaba Hoffman, por Dios!
Besicos