martes, 5 de mayo de 2009

UNA VIDA

Reproduzco la columna que ha publicado Rosa Montero hoy en El País, dos días después del fallecimiento de su pareja, Pablo Lizcano, a los 58 años. Es un texto muy lúcido, bellísimo y triste que, lo confieso, me ha dejado un nudo en la garganta.

Un cabrilleo de agua y sol en el mar, o quizá en una piscina. El cuerpo caliente y esponjoso como pan recién hecho.

Sombras en la noche, una pesadilla. Las manos de tu madre encendiendo el mundo, disolviendo los monstruos. Ordenando las cosas.

Carreras jadeantes, frenéticas risas, juegos de niñez en patios retumbantes.

Melancolía aguda de lo aún no vivido. Intuición adolescente del resto de tu vida. Deliciosa tristeza.

La carne, un tesoro. El vertiginoso misterio de los cuerpos. El amor estallando como una supernova y dejándote ciego.

Y también el desamor: un agujero.

Una noche de agosto en pleno campo, un alboroto de cigarras, una luna llena de color naranja que parece el decorado de un teatrillo japonés, el tiempo por una vez piadosamente detenido. La plenitud, que siempre es sencilla.

Mirar a un amigo, mirar a tu amante y ver en sus ojos el pasado común. Contemplarte en los otros como en un espejo.

La serenidad que llega tras las lágrimas. Y también todas las risas compartidas, los momentos de juego, las carcajadas dichosas.

Todos los libros leídos, las músicas gozadas, los besos recibidos. Y una conversación una tarde de invierno comiendo chocolate frente a la chimenea.

La alegría de vivir. Y la fugaz y espléndida belleza.

Una noche de angustia. Intuición de la muerte. Una mano en la tuya. La cama es una balsa en mitad del naufragio.

Una novela leída al lado del lecho de un enfermo mientras llueve.

Torbellinos de polvo en un rayo de sol, un universo ínfimo.

Un cabrilleo de agua. El último chispazo.

Esta poca cosa, o esta enormidad, es una vida.

8 comentarios:

Pepa dijo...

Pues sí, realmente. Deja como un escalofrío interior. Rosa Montero es grande hasta en la tristeza
Besitos
Pepa

carmen dijo...

Leí lo de la muerte de Pablo Lizcano en el blog de Antón Castro.Maravilloso y emocionante lo que ha escrito Rosa .Es precioso e invita a la reflexión .Esta poca cosa,o esta enormidad,es una vida. ¡que deprisa vivimos....!Saludicos

Anónimo dijo...

Un buen detalle que compartas algo que te ha emocionado, con nosotraos. Gracias Carmen.

Hace poco más de un mes tuve el privilegio de compartir charla con Rosa, y evidentemente, como bien dice Pepa, es grande hasta en el dolor.

Saludos

Carmen Santos dijo...

Pepa, Carmen, Ernesto:
Realmente es un texto muy bueno que emociona en cualquier momento, y aún conmueve más cuando sabes que la autora acaba de perder a su pareja. A mí me conmovió y me impresionó cuando lo leí.
Besos

39escalones dijo...

Me ha dado un escalofrío al leerlo, y uno más grande al pensar en ella escribiéndolo.
Saludos.

Carmen Santos dijo...

39escalones: Es que impresiona. Es una bella despedida de un ser querido.
Besos

entrenomadas dijo...

Me ha dejado fatal el texto. Sobre todo pensando en el momento de escribirlo.
Es de una belleza intensa.

Un beso,

M

Carmen Santos dijo...

Si que lo es, Marta. Es como para incluirlo en las antologías.
Besos