domingo, 10 de mayo de 2009

POEMA PARA EL DOMINGO



Para la tarde del domingo, un tango y este poema de Alonso Cordel, poeta y amigo, profesor de talleres literarios, bailarín de tangos y el alma de las tertulias literarias de la ciudad.

Viajero empedernido por todas las criaturas,
me siento fatigado de recorrer cantinas.
De puerto en puerto dejo mi corazón a besos
y cada encuentro nombra alguna despedida.

Visitante sonámbulo de todas las estrellas,
sólo tengo en la luna una luz encendida:
lejano faro móvil que se obstina en perderse
por el absurdo piélago donde flota la vida.

Tarde de sol que acaba como siempre en penumbras,
abriendo con la noche las puertas de la huida.
Derramando las copas por toda mi tristeza,
el monstruo de la náusea recorre las esquinas.

Voy cruzando ciudades, páramos y riberas;
el desierto más árido, la huerta más florida,
el rústico entrecejo de la pequeña aldea
para llegar por último al túnel sin salida.

De su antología De Perdido Lugar, editada por Zócalo Editorial en 2005.

5 comentarios:

carmen dijo...

Precioso el tango Carmen.Bonito,pero triste poema.Un túnel sin salida ,siempre es tiste.A mi el tango es algo que me hubiera gustado bailar,y hacerlo bien lo encuentro de una gran dificultad.Saludicos

Carmen Santos dijo...

A mí también me gustan mucho el tango y los bailes de salón en general, pero soy muy pato para el baile. Es tan difícil...
Como se suele decir: Dios no me ha llamado por ese camino.
Saludicos

Mario dijo...

Un día, Carmen, te paso no sé cuantos CD de tango en MP3 que me grabó un amigo argentino enamorado del tango y de pasarlo muy mal cuando las minas lo hacen sufrir...
Con eso, te intoxicas seguro...Eso sí, estos son todos de beber no de bailar...

Mario dijo...

Por cierto, Maestro Alonso, sí señor...

Carmen Santos dijo...

Hola, Mario: Te tomo la palabra, que suena muy interesante eso de los tangos de beber.

Si que es un maestro nuestro Alonso Cordel.

Besos