sábado, 25 de abril de 2009

MANHATTAN, O DE CUANDO QUISE SER COMO DIANE KEATON



Hoy se cumplen treinta años del estreno de Manhattan de Woody Allen. Yo la vi en Valencia a los 21 años. Hacía relativamente poco que había descubierto Rhapsody in Blue de George Gerswhin, que me había hecho asomarme al Nueva York del jazz, el de los interminables rascacielos que se hunden entre nubes en blanco y negro, el de las películas de gángsters con botines o las de grandes pasiones a la sombra del Empire State Building interpretadas por Cary Grant y Deborah Kerr. Y entonces, va y me siento con mi chico en el cine para ver la última película de Woody Allen. Y la película arranca con fotogramas en blanco y negro de la mítica ciudad, acompañados por la voz en off del protagonista mientras suena como fondo musical el comienzo de mi adorada Rhapsody in Blue. Quedé embobada con ese Nueva York de 1979 y no me recuperé en toda la película.

Al salir del cine, una chica española que se había criado en Alemania quería ser como Diane Keaton. Ya había admirado su desparpajo, su sombrero masculino, su chaleco negro y sus enormes pantalones de pinzas en Annie Hall. En Manhattan seguía hablando como si le hubieran dado cuerda, pero había cambiado de peinado. Llevaba una permanente con flequillo, que echaba el pelo sobre el rostro como si fuera un paraguas abierto. Recuerdo que aquel peinado estuvo muy de moda ese año. Tanto, que lo llevaban hasta las glamourosas intelectuales cinematográficas de Nueva York. Mujeres seguras de sí mismas, que vivían en pisos acogedores llenos de libros y se pasaban el día entre diálogos sesudos con hombres que iban de intelectuales, cuando en el fondo buscaban lo mismo que sus padres, abuelos y bisabuelos: acostarse cuanto antes con la chica. Mujeres que en la pantalla acababan combatiendo cuerpo a cuerpo, entre sábanas que se intuían suaves y perfumadas, con esos hombres tan sabios, a veces bajitos, feos y narigudos, pero siempre ennoblecidos por sus pensamientos elevados.

Hace treinta años quería ser como Diane Keaton. Ahora me he cansado de imitar a mis ídolos. Me conformo con lo que soy. Y hace mucho tiempo que no he vuelto a ver esta película. Incluso me da algo de miedo revisarla, por si ha envejecido mal y mancha el recuerdo de mis sueños de entonces. Aunque mientras escribo esto, confieso que me están entrando ganas de hacerme con el DVD para darle un rato a la nostalgia y contemplar sus hermosos fotogramas acompañados de Rhapsody in Blue y los viejos standards de George Gershwin.

La fotografía la he tomado de carteles.metropoliglobal.com

16 comentarios:

carmen dijo...

Bueno Carmen ,30 años de Manhattan,con perdón,joer como se pasa el tiempo.Nunca he estado en N.Y,pero escuchar Rhapsody in Blue y trasladarme allí,es todo una.Estupendo tu comentario.Saludicos.

carmen dijo...

Yo la tengo interpretada por la Sinfónica de San Francisco dirigida por Seiji Ozawa.Al piano Kurt Masur,y es una auténtica delicia.Saludicos

39escalones dijo...

Vuelve a ella sin miedo, se mantiene fresca y lozana como la propia música de Gershwin. Palabra.
Saludos.

Carmen Santos dijo...

Carmen: Yo tampoco he estado aún en Nueva York, pero todo se andará.

Rhapsody in Blue la tengo en vinilo, interpretada por la London Symphony Orchestra y dirigida por André Previn, que a su vez es el solista (en plan Juan Palomo). Este disco lo compré hace ya tropecientos años, en plena edad del pavo e invirtiendo mis ahorrillos. Fue mi primer disco "serio" y lo escuché tantas veces que acabó hecho unos zorros, lleno de raspones. Es toda una reliquia.
Saludicos

Carmen Santos dijo...

39escalones: Entre las ganas que me entraron de revisar la película mientras escribía el post y tu recomendación, ya estoy deseando regalarme una buena sesión de Manhattan.
Saludos

Pepa dijo...

Ah, la sublime rapsodia...Yo conocí a Gershwing a través de Woody Allen. Muchas veces he pensado que debería hacer una recopilación de sus bandas sonoras, que, en general, son buenísimas. Y en cuanto a Diane Keaton, que me encanta, no sé , en esta peli¿ no era la protagonista una de las Hemingway?
Tendré yo también que volver a verla...
Besos
Pepa

Carmen Santos dijo...

Pepa: Como aficionada al jazz, a mi también me encantan las bandas sonoras de Woody Allen. No tienen desperdicio.
Creo recordar que en Manhattan, Diane Keaton y Mariel Hemingway compartían protagonismo. La Keaton es la amante de un amigo (casado) de Woody Allen y acaba liándose con Allen, mientras la Hemingway es la novia de diecisiete años a la que Allen abandona por la Keaton. ¡Menudo cacao!
Nada, tenemos que volver a ver la película para refrescar.
Besos

LUIS ROSER RODRIGUEZ dijo...

La nostalgia no es mala Carmen y más de la forma que pareces tú practicarla, a mi me ocurre algo parecido con "Misterioso asesinato en Manhatan", curiosamente también la vi en Valencia, con una amiga en un cine de la calle Colón, recuerdo haberme reido mucho, y perderme en esos excentricos dialogos llenos de referencias freudianas. Así como la famosa escena de los espejos...

Muy bonita tu entrada y muy evocadora....se nota mucho el oficio.
Me gustó mucho conocerte en la cena de la republicana.

Un saludo

LUIS ROSER RODRIGUEZ dijo...

Por cierto Carmen he visto tu anterior entrada con el poema de Machado... curiosamente hace tiempo escribí un relato incluyendo parte de ese mismo verso.
El relato habla de el exilio. Como el exilio del poeta a París. Si tienes un rato y lo lees me gustaría saber tu opinión.Te dejo abajo el enlace.

Por cierto publico el comentario de la novela de Manolo, Nafragos sin mar.

Un blog muy bonito te voy a enlazar al mío.

http://literaturaycomentarios.blogspot.com/2008/12/el-abrazo-partido.html

Anónimo dijo...

Enhorabuena por tu gusto por el jazz, y especialmente la joya de Rhapsody in Blue, por recordar la fascinación que sintió esa jovencita de 21 años por un tipo de mujer y por un mundo recreado en una película; pero sobre todo, por seguir siendo hoy tu misma, Carmen, y ser feliz por ello. Y espero que disfrutes Nueva York.

Un abrazo.

Carmen Santos dijo...

Luis: "Misterioso asesinato en Manhatten" es una película muy divertida. Muy Woody Allen.
Muchas gracias por el enlace. Ahora mismo voy a leerme tu cuento.
Besos

Carmen Santos dijo...

Muchas gracias, Ernesto. Si que es una joya "Rhapsody in Blue". Es de esas piezas que no envejecen y escuchamos con la misma emoción a los quince que a los cincuenta años.
Besos

Manolo dijo...

Hola Carmen, No he visto Manhattan pero últimamente me estoy aficionando a Woddy Allen aunque la última de Barcelona da un poco de miedo no?

Hace tiempo que no nos vemos y a leer tu comentario en el blog de Luis, he dicho, voy a hacerle una visita, es lo que tiene Internet. Qué tal estás? Y el próximo libro? Firmaste el día del libro? Espero verte pronto.

Un abrazo,

Manolo

Carmen Santos dijo...

Hombre, Manolo, gracias por la visita.

A mi me encanta Woody Allen y creo que tiene auténticas obras maestras en su haber, pero "Vicky, Cristina, Barcelona" me decepcionó por insulsa. Creo que no está para nada a la altura del resto de sus películas.

Aún no puedo adelantar nada sobre próximas publicaciones. Más adelante.

Por cierto, enhorabuena por tu premio. El relato es muy bueno, como todos los tuyos.
Besos

Anónimo dijo...

Personalmente no me encanta Diane Keaton, y es que me pasa una curiosa historia: hay gente que siempre la veo igual y me pueden encandilar porque es como si no pasara el tiempo y me gusta aferrarme a su 'perpetua imagen' e igualmente personas como Diane Keaton que parece que está conservada en laca con el mismo peinado incluído y la misma sonrisa como mueca que me produce como vértigo del encasillamiento del personaje y de la persona. Seguro que será muy buena actriz, no digo lo contrario, es el efecto que me sugiere como imagen de mujer. Humildemente, sin que nadie se ofenda.
besos. mon.

Carmen Santos dijo...

No nos ofendes, Mon. Para nada. Todo lo contrario. Me hace mucha ilusión que entréis y dejéis comentarios. Y si una opinión es discrepante, pues perfecto... así montamos un debate entre todos.

Sí es verdad que Diane Keaton repite últimamente mucho el estereotipo ese de mujer intelectualoide y muy habladora, diríase que incluso algo histérica. No sé, a lo mejor es así ella. Aunque recuerdo haberla visto en películas (de los años setenta y principios de los ochenta, creo) donde interpretaba papeles menos estereotipados, más alejados del tipo de mujer que comentamos. A lo mejor es que ahora no le ofrecen papeles más variados.

De todos modos, para las chicas de finales de los setenta, en esa España que todavía estaba sacudiéndose la caspa de la dictadura, las mujeres del tipo Annie Hall o Manhattan personificaban lo que queríamos ser de mayores. Eran nuestros ídolos.
Besos