Este año mis vacaciones han sido de playa y descanso, por lo que vengo con las pilas bien cargadas. He disfrutado del sano deporte de “hamaca-reading” con vistas al Mediterráneo, que me ha permitido reducir la pila de libros pendientes de leer. He hecho “tumbing” en la playa y he cuidado el estómago comiendo cosas ricas. Pero no sólo he hecho el vago. También he nadado en una estupenda piscina de agua salada (soy nadadora de corralito y no me atrevo a adentrarme en el mar). Y, para no ser original, porque eso de ser original al final resulta ser una vulgaridad, este verano me he echado al cuerpo – mejor dicho, a la mente – la segunda entrega de Millenium de Stieg Larsson, La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina. Aunque confieso que me ha decepcionado comparada con la primera, que me tuvo enganchadísima todo un fin de semana. Cierto que el arranque de Los hombres que no amaban a las mujeres también es lento (creo que los comienzos no eran el fuerte de Larsson), pero es que en la segunda entrega es muy lento y cuenta cosas que son irrelevantes para el resto de la trama. Y en contraste con la complejidad de personajes que ofrece el primer tomo, con las enrevesadas relaciones entre ellos y los siniestros pasados que van saliendo a la luz, el modo en que Larsson desarrolla la trama en el segundo libro me pareció muy deslavazado. A veces hasta tuve la impresión de que todo resulta un poco traído por los pelos. Pese a lo dicho, me lo leí muy a gusto en mi hamaca, aunque no me despertó la sana envidia que sentí ante Los hombres que no amaban a las mujeres y creo que no alcanza la calidad del primero. Pero ya se sabe que esto es cuestión de gustos, como todo. Conozco a gente que prefiere el segundo libro al primero.


Ah, y una recomendación de final de verano: Un asesino irresistible de Juan Bolea, la cuarta entrega de la serie de la investigadora Martina de Santo. A mí me tuvo estas vacaciones enganchadita en mi hamaca. Es un libro muy bien escrito, entretenido y con una intriga muy bien pergeñada, como todas las de Bolea. De los que gustan a todo tipo de lectores.
¡Feliz rentrée a tod@s!