“Conforme me hago mayor, más me apetece matar… en la ficción”. Esto es lo que afirma Maruja Torres en la entrevista que publica hoy el País a propósito de su último trabajo, una novela negra cuyo título es Fácil de matar. (enlace a la entrevista).
Curiosamente, a mí me ocurre lo mismo. De un tiempo a esta parte, ya no tengo reparos en cargarme en mis novelas a algún personaje que sea especialmente ruin, ni en hacer caer desgracias sobre otros que, sin pecar de malvados, han demostrado ser necios y egoístas. Sabido es que la estupidez puede hacer tanto daño como la maldad. O incluso más. Y cuando fabula, el escritor es quien manda sobre las vidas de sus personajes. ¿Afán justiciero? ¿Sadismo camuflado? ¿O es que con los años nos ataca el síndrome de Harry el Sucio?
(Fotografía de Clint Eastwood tomada del blog Cinemanía. La de Maruja Torres de El País)
4 comentarios:
Harry es mucho Harry, porque mientras se engancha a la violencia como única salida al hastío, se repugna a sí mismo hasta el punto de ser consciente de que ayuda a prolongar la misma bazofia que odia. Pero, en su corazoncito, no hay más que soledad y resentimiento por culpa del borracho que mató a su mujer en un accidente de tráfico. ¿Cómo era Harry antes de eso? Ahí creo que radica la pregunta principal de la película. Así que matar en la ficción, apetece, pero preguntarse sobre la vida del que mata, también.
Besos.
Estupenda disección del personaje de Harry el Sucio, Alfredo. Me dan ganas de volver a ver la peli y todo.
Besos
Voy a pensar en esto durante toda la noche, y de paso miraré si en la próxima reseña me entran ganas de matar a alguien jejejje (En el papel claro!)
Un abrazo Carmen!
Esto de cargarse a alguien - en la ficción, of course - puede ser muy divertido, Susana. Sobre todo si el personaje en cuestión es de esos a los que les tienes ganas desde que lo introduces en la historia, jejeje.
Besos
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