martes, 21 de diciembre de 2010

FROHE WEIHNACHTEN

Cada año se me echan encima antes las Navidades. Entre lo deprisa que pasan los meses y lo pronto que empiezan a colocar la parafernalia navideña en las tiendas (a este paso, volveremos de vacaciones en septiembre y tendremos ya los turrones en el súper), cada año me pillan más desprevenida y me siento como si me asaltaran con alevosía.

De pequeña me gustaba mucho la Navidad. Y no sólo porque me caían los regalos el día de Nochebuena, que es cuando se entregan en Alemania, aunque también, claro. Me encantaba la nieve, deslizarme cuesta abajo en trineo, comprar con mis padres el abeto en un mercadillo donde nos atendía un señor que se ocultaba tras un gorro de lana, bufanda y guantes gruesos, y por supuesto, adornar el árbol con bolas de cristal, espumillón e hilos de plata. Me gustaba el olor del abeto, que llenaba la casa mientras duraban las fiestas. Y también el de las naranjas y mandarinas importadas desde España, que en es época estaban en su apogeo. Hasta el White Christmas me hacía emocionarme. Y los villancicos alemanes, por descontado. Qué le vamos a hacer. Es que una fue una niña cursi.

De mayor, empecé a detestar las Navidades, el empalago de los villancicos por doquier, el desmelene consumista, los adornos horteras, las luces del Corte Inglés y el arboricidio con posterior entierro de infortunados abetos en el contenedor de la basura. Entremedias quedó un paréntesis de tregua navideña durante la infancia de mi hijo. ¿Quién no vuelve a colocar belenes y abetos (ya de plástico, para no asesinar más árboles) y lo que haga falta para complacer a su retoño? ¿Quién no lleva a sus hijos en esta época a visitar a los Reyes Magos de los grandes almacenes, o al cine para ver películas navideñas (incluida la de Pesadilla antes de Navidad, que a mi hijo le encantó y a mí me dejó un no sé qué de desasosiego en el body)?

Ahora ya no detesto estas fiestas. Tampoco me gustan. Creo que me he suavizado. A lo mejor, me ocurre lo que decía Al Pacino en la película Carlito’s Way: “No es que maduremos con los años, sólo perdemos fuerza” (o algo así, que cito de memoria). El caso es que ya no se me revuelve la bilis cuando veo el mural luminoso del Corte Inglés, los adornos navideños o la invasión de turrones en el supermercado. Sólo me cabrean los anuncios de perfumes por cursis y porque al final, siempre susurra la marca una voz en off gangosa, como de alguien que habla con la boca llena de polvorones. Y me pongo de los nervios cuando entro en una tienda donde el sistema de megafonía no para de escupir los mismos villancicos una y otra vez (¿cómo aguantarán los dependientes sin pillar una depresión?). Por lo demás, he firmado las paces con las Navidades. Me lo paso bien preparando comiditas ricas para mi gente y disfruto cuando nos reunimos toda la familia y hacemos risas comiendo y bebiendo un buen vino. Y sólo deseo que podamos seguir juntándonos todos durante muchos años. Al fin y al cabo, eso es lo que importa. Lo demás es borrufalla.

Para ilustrar este post tan navideño un pequeño vídeo de Alvin y las ardillas:


Aunque el que más me gusta sigue siendo el de los renos cantores. Aplausos para el coro de renos, please:

jueves, 16 de diciembre de 2010

Blake Edwards

Hoy se ha ido otro de los grandes directores de cine del siglo XX, Blake Edwards, que además, es uno de mis favoritos. Resulta difícil quedarse con una sola película para colgar aquí una escena, porque este hombre igual dirigía comedias desternillantes como La Pantera Rosa o El Guateque, que hacía llorar al personal con un dramón como Días de Vino y Rosas o nos ofrecía una comedia de envoltura romántica, aunque amarga en el fondo, como Desayuno con Diamantes.

Bueno, pues como me encanta Desayuno con Diamantes, voy a colgar la escena del beso final bajo la lluvia. Ya sé, ya sé. La puse hace tiempo para ilustrar una entrada. Pero es que ese final romántico-lluvioso con fondo de pesimismo, que siempre me hace pensar en el futuro de esa pareja, cuando se les apague la pasión y sólo quede la frustración por todo aquello a lo que renunciaron para estar juntos, pues… es que es mi debilidad suprema. Verla es para mí tan gratificante como comer chocolate o ponerme morada de gominolas. Aunque esto por lo menos, no engorda.


Pero también hay que echar unas risas, que este hombre rodó grandes comedias y hasta sacó mucho partido del pirado de Peter Sellers. Aquí está la escena del camarero beodo de El Guateque. Por cierto, ¿quién no ha ido alguna vez a una fiesta en la que no conoce a nadie y se ha sentido como Peter Sellers en El Guateque? Yo lo llamo el momento Peter Sellers. Y no me diréis que no se pasa fatal.


De La Pantera Rosa recuerdo muchas escenas hilarantes, una de ellas la persecución de coches con los ocupantes de los vehículos enfundados en disfraces estrafalarios. Pero en YouTube no he encontrado ninguna de las que buscaba. Así que, cuelgo este número musical tan años sesenta. Atentos al coro de chicos que, vestidos con jerseys de cuello alto, se contonean al fondo tocando guitarras, acordeones y maracas. Impagables.



lunes, 13 de diciembre de 2010

¡Cómo hemos cambiado!

Ayer se cumplieron veinte años de la muerte de Concha Piquer. Su canción Ojos Verdes tiene un papel destacado en mi novela Días de menta y canela. También la de Tatuaje, una "maravilla de canción para escucharla cuando ardes de amor por un hombretón", como dice el personaje de Mark, el amigo gay de Clara Rosell. Aunque Tatuaje se puede escuchar en cualquier otra situación. Es de esas canciones que odias cuando eres joven y te empiezan a gustar cuando alcanzas cierta edad, por decirlo de un modo suave. ¡Cómo cambiamos!


miércoles, 1 de diciembre de 2010

EL DECÁLOGO DE VOLPI


Hoy he dado con un interesante artículo en El País, que recoge el decálogo impartido por Jorge Volpi en el ciber-taller de literatura desde la Feria Internacional del Libro de Guadalajara. En él, Volpi habla de temas muy interesantes y sumamente útiles – por no decir imprescindibles – para un novelista. Destaco los que más me han llamado la atención:

La estructura - claramente, el armazón sobre el que se sustenta una novela. Si no está bien ensamblada, la historia se puede derrumbar en cualquier momento. Con una buena estructura, sin embargo, podemos añadir o quitar lo que queramos sin provocar la hecatombe.

La voz narrativa – Volpi defiende la primera persona y dice que el narrador omnisciente está pasado de moda. Yo en esto no soy tan drástica. Pienso que la tercera persona es tan buena como la primera a la hora de narrar, sólo hay que elegir la voz narrativa adecuada para la historia que queremos contar, porque según cual escojamos, la novela podrá ganar en intensidad o quedarnos plana. Coincido en que el narrador omnisciente del siglo XIX, ese que se metía en la cabeza de todos los personajes y lo sabía absolutamente todo, está pasado de moda. Ahora ya no es tan sabihondo ni está por encima del bien y del mal. Por eso, creo que las novelas en tercera persona aún tienen cuerda para rato.

La corrección de los textos - Totalmente de acuerdo con Volpi en que corregir una novela es depurarla de todo lo que sobra. Que suele ser un lastre sin el cual, las historias funcionan mucho mejor.

El bloqueo - Ay, ese “famoso” bloqueo que nos preocupa a todos en algún momento, porque… ¿quién no se ha quedado atascado en algún punto de su novela, sin saber si merece la pena continuar o no? Incluso con la duda de si será capaz de seguir con esa historia y con esos personajes. Volpi propone dos opciones: “optar por el descanso y la lectura, o bien intentar escribir disciplinadamente hasta que algo valga la pena en realidad”.

Generalmente, a mí me suele funcionar muy bien la segunda opción, o sea, seguir escribiendo hasta que se me pase la tontuna. A veces, cuando reviso lo que escribí durante la sequía, hasta me llevo la sorpresa de que me salió algo bueno. Y cuando no es bueno, ya sé que no me queda otra que corregir, o incluso mandar esa parte a la papelera de reciclaje y desde allí, directamente al purgatorio del ciberespacio, pero al menos, he salido del atasco. Otras veces, en cambio, interrumpo la escritura y me dedico a revisar lo que ya tengo escrito hasta que recupero el aliento. También funciona.

Sólo he comentado aquí los cuatro puntos que más me han llamado la atención. Para quien desee conocer el resto del artículo, incluyo aquí el enlace:

La estructura de un libro, según Volpi

miércoles, 24 de noviembre de 2010

CAFÉ CON LETRAS EN ÁGORA CAFÉS ORÚS - LAS FOTICOS (y 2)


Más foticos...

Sentados: María Frisa, Juan Bolea, Lorenzo Mediano,
Marisa Beltrán, Fernando Rivarés y César Falo.
De pie: José Ignacio Acirón, del restaurante La Bastilla, y Arturo Gastón.


Para los que os gusten los mojitos:
El mojito de café que nos preparó José Manuel Romeo.
Estaba riquísimo.


Ya reunidos alrededor de la mesa:
Yo misma, María Frisa, Juan Bolea, Lorenzo Mediano, Marisa Beltrán, Fernando Rivarés, César Falo y Fernando Lalana.

En el otro lado de la mesa:
Fernando Rivarés, César Falo, Fernando Lalana, Paco Goyanes, Javier Marco, el delegado del Gobierno Javier Fernández que también es escritor, Ramón Acín, Julio Espinosa y Teresa Sopeña.

CAFÉ CON LETRAS EN ÁGORA CAFÉS ORÚS - LAS FOTICOS

Para poneros los dientes largos, cuelgo las fotos de la comida-coloquio en el espacio cultural Ágora de Cafés Orús, que me ha enviado muy amablemente Arturo Gastón. Muchas gracias, Arturo.

La foto de familia.


Abajo: Fotografía de los libros de los escritores invitados, que formarán
parte de la biblioteca de Ágora.



Abajo: Escuchando con atención las explicaciones del barista
José Manuel Romeo sobre cómo preparar un buen café.
José Manuel Romeo, Fernando Lalana, Marisa Betrán, Teresa Sopeña y Javier Marco

Servidora con Julio Espinosa, Ramón Acín, Paco Goyanes y Juan Bolea.

lunes, 22 de noviembre de 2010

EL CAFÉ IDEAL



El café ideal es negro como el diablo, caliente como el infierno, puro como un ángel y suave como el amor.

Cita atribuida a Isak Dinesen


Esta cita, que algunos atribuyen a Isak Dinesen, aunque otros dicen que es un proverbio turco, tiene su razón de ser en la entrada de hoy. Y no sólo porque me gusta cómo suena. Ni tampoco porque soy una verdadera adicta al café (prueba de ello es que en mis novelas, los personajes no paran de atiborrarse de cafeína). Esta estupenda frase me sirve para hablar de la comida-coloquio muy cafetera a la que he asistido hoy en el espacio cultural Ágora de Cafés Orús, y que en esta ocasión iba dedicada a la literatura aragonesa y a la relación que han mantenido a lo largo del tiempo las letras y el café.


Ágora
fue inaugurado en junio de este año por la centenaria empresa aragonesa Cafés Orús en su fábrica de El Portazgo, con la idea de programar actividades culturales que girarán siempre en torno al café. Así que, cuando me invitaron a asistir a esta comida-coloquio dedicada al café y las letras, me puse muy contenta. Al fin y al cabo, para una cafetera como yo, participar en una comida elaborada con café por José Ignacio Acirón, el chef del restaurante La Bastilla, es el colmo de los colmos. Si además, los otros comensales son los escritores Javier Fernández, Juan Bolea, María Frisa, Lorenzo Mediano, Fernando Lalana, Teresa Sopeña, Ramón Acín, Julio Espinosa, y periodistas como Adriana Oliveros, y Fernando Rivarés y César Fanlo, además de Paco Goyanes de Librería Cálamo y, last not least, los organizadores del acto Arturo Gastón, Javier Marco y Marisa Beltrán, de Cafés Orús, ya es todo un lujazo.


La verdad es que cuando entré en Ágora, me sentí como Charlie en la fábrica de chocolate. Sólo que en lugar de chocolate (que también me priva), había café por todas partes. Para empezar, pudimos admirar una preciosa colección de cafeteras antiguas, una de las cuales había estado expuesta en tiempos en la cafetería Las Vegas y funcionó en su día con carbón. Después, un barista nos explicó cómo hacer unos mojitos de café, que luego degustamos y estaban riquísimos. A continuación, todos nos sentamos a comer alrededor de una gran mesa puesta con esmero. Los diferentes platos, elaborados con café, estaban buenísimos. Tanto, que aún salivo como los perros de Pavlov cuando me acuerdo del menú. La conversación no decayó en ningún momento. Hablamos, como suele decirse, de lo divino y de lo humano. De literatura, de gastronomía, de café (of course), de la maternidad y de infinidad de cosas más. El espacio Ágora está decorado con mucho estilo y resulta realmente acogedor. Estuve tan a gusto que a la hora de marcharnos, me volví a sentir como Charlie en la fábrica de chocolate, pero ya al final de la película, cuando se le acaba el recorrido por el paraíso de los sentidos. En este caso, un impresionante viaje por el mundo del café que se ha ganado un sitio preferente en mi memoria.


Colgaré foticos en cuanto las tenga.


Y para ilustrar este post, ¿qué mejor que una canción cafetera? Black Coffee, primero en la versión de Ella Fitzgerald y después, en la de Sarah Vaughan para comparar.

lunes, 15 de noviembre de 2010

¡SAPOS, NOOO!

La muerte de Luis García Berlanga me pilló fuera este fin de semana, por lo que mi entrada llega ya con un retraso considerable. Pero aunque esté todo dicho, no me voy a privar de dedicarle un post a este señor tan observador, mordaz y cargado de un humor muy, pero que muy negro (a la par que surrealista).


Me gustan todas sus películas. Unas más, otras menos, como suele ocurrir, pero creo que hasta sus trabajos “menores” son mejores que algunas cosas que nos venden por ahí como maravillosas. Mi favorita desde siempre es Bienvenido Mr. Marshall. Sigo tronchándome cuando veo a Pepe Isbert asomado al balcón de la casa consistorial y graznando eso de “Como alcalde vuestro que soy, os debo una explicación y esta explicación que os debo os la voy a pagar”. O cuando llega la escena del sueño del alcalde ante la inminente llegada de los americanos y Pepe Isbert irrumpe en un salón del oeste, disfrazado de sheriff y poniendo cara de mucha ferocidad. Y por cierto, ¿quién no ha imitado en alguna reunión familiar o de amigos - y con algunos tragos encima, todo sea dicho - la parrafada balconera de Pepe Isbert, mientras los demás se mueren de la risa etílica en sus sillas?


Creo que a los que ya tenemos cierta edad, las películas de Berlanga se nos han metido en la sesera y hasta en casa. En la mía, llamamos “sapos” a los langostinos desde que vimos a Luis Ciges rechazando el que le ofrecían unas damas caritativas en Plácido, esa película tan esperpéntica en la que las buenas gentes de una pequeña ciudad organizan un sorteo de pobres para que cada familia de bien pueda sentar a uno a su mesa por Nochebuena. Y claro, luego pasa lo que pasa: que los pobres les salen zafios, hacen ruidos sorbiendo la sopa y rechazan los manjares que les ofrecen.


- Tenga, un langostino.
- ¡Sapos, no! Que no me gustan.


¿Y qué decir de la escena de Vivan los novios en la que José Luis López Vázquez encuentra a su madre ahogada en la diminuta piscina de plástico donde un rijoso turista extranjero había retozado antes con sus dos amiguitas? Humor hiper-super-mega-negro, que diríamos ahora.

En fin, creo que sobran las palabras. Mejor cuelgo las escena del balcón y del salón de Bienvenido Mr. Marshall.



Y ésta de Plácido:

lunes, 8 de noviembre de 2010

Un poco de Bebo Valdés

Ando últimamente bastante liada con mi novela y tengo ésto algo desatendido. Lo sé. Y eso que tenía previsto colgar una serie de entradas sobre temas relacionados con la escritura. Pero cuando me despego del fichero de Word en el que estoy tecleando con ahínco, llevo la cabeza como un bombo y ya no soy capaz de discurrir nada que medio merezca la pena. Así que, la serie tendrá que esperar.

De momento, y para hacer más llevadero el lunes, cuelgo estos maravillosos temas de Bebo Valdés. ¿A que quitan cualquier pena que nos pueda atormentar?




viernes, 5 de noviembre de 2010

Días de menta y canela en Me Gusta Leer

Cuelgo esta reseña publicada hoy en la página de libros Me Gusta Leer. Desde aquí, muchas gracias.

Enlace de la reseña

Enlace de Me Gusta Leer

Me Gusta Leer en Facebook

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DIAS DE MENTA Y CANELA

Carmen Santos


Nosotros ya lo hemos leído...



Clasificación MGL - Novela

Edita Random House Mondadori - DEBOLS!LLO

En Facebook: http://www.facebook.com/profile.php?id=100001164560879

ISBN - 978-84-8346-062-7

Año 2007

Páginas 421

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BREVE RESEÑA: Novela narrada en primera persona que intercala dos tramas diferenciadas, una de ellas relacionada con la niñez y juventud de la protagonista y de sus andanzas por Alemania como hija de emigrantes, y la otra, ya como mujer madura que vuelve a Alemania como periodista para investigar una serie de hechos relacionados con uno de aquellos emigrantes que se quedó en Alemania hasta el final de sus días.

Un nuevo amor que abre las puertas de la protagonista a una nueva vida luchará contra el sentido común de permanecer con sus hijos y actual marido. Una duda que no se resolverá hasta el final, como la intrigante investigación periodística.

Una novela narrada con sencillez, tanto lingüística como argumental. Fácil de leer.

SINOPSIS: Nochebuena de 2003. El cadáver de un anciano emigrante español es hallado en una cochambrosa buhardilla de Düsseldorf. En España, Clara Rosell, una mujer madura que trata de abrirse camino como periodista tras años dedicada al cuidado de sus hijos, lee el suceso en un diario y recuerda los años en los que ella y su familia vivieron la emigración a Alemania. En ese momento siente la necesidad de investigar y escribir para su periódico la historia del anciano y las dudosas circunstancias de su muerte.


lunes, 25 de octubre de 2010

CITA PARA TIEMPOS DE CORRECCIÓN POLÍTICA

Una cita de Arturo Pérez-Reverte para estos tiempos en los que a veces pretendemos ser tan políticamente correctos cuando hablamos, que rizamos el rizo de las palabras y nos volvemos timoratos (por no decir bobos):

Lo despectivo no está en las palabras, sino en la intención con que éstas se utilizan. La buena o mala leche del usuario.

Enlace del artículo completo

En la ilustración: el políticamente incorrecto Capitán Haddock de Tintín. Eran otros tiempos. Hoy en día habrían pedido la retirada del cómic los vendedores de guano por sentirse ofendidos como gremio, los caníbales por alusiones racistas y los ectoplasmas... ¿de qué se quejarían los ectoplasmas?

miércoles, 20 de octubre de 2010

FERNANDO LALANA Y EL CERVANTES CHICO

El escritor aragonés Fernando Lalana ha obtenido el Premio Cervantes Chico 2010. Es autor de más de 80 libros y ya recibió en 1991 el Premio Nacional de Literatura Infantil y Juvenil.

Desde aquí, enhorabuena a Fernando por este nuevo reconocimiento.

(La fotografía la he tomado de la página del autor: www.fernandolalana.com)

martes, 19 de octubre de 2010

EL MOMENTO DE UN LIBRO

(Mujer leyendo de Pierre-Auguste Renoir)

Entre los comentarios que hemos intercambiado a raíz de la concesión del premio Nobel a Mario Vargas Llosa ha surgido un tema que, creo, merece una entrada propia: el momento de un libro.


Y es que para cada libro hay en nuestras vidas un momento mágico. El período de nuestra existencia en el que recibiremos una determinada historia con los brazos abiertos y le daremos una oportunidad para que nos guste. Y también están los momentos contrarios. La temporada chunga en la que todo nos sale mal, o estamos de bajón anímico, o simplemente con predisposición negativa hacia todo, y no nos entra por el ojo lo que nos cuenta determinado escritor, ni nos seduce su modo de narrar. A mí eso me ocurrió hace años con El siglo de las luces de Alejo Carpentier. La primera vez que intenté leerlo, a los veintipocos años, me aburrí soberanamente y no pasé de la página doce. En el segundo intento, ya en la treintena, me propuse leerlo hasta el final y la novela acabó hechizándome tanto que me dio pena acabarla. El libro era el mismo, pero no el momento vital que atravesaba yo, ni mi forma de ver las cosas, que había cambiado de una década a otra.


Los libros son como las personas. Con algunos tenemos química favorable, mientras con otros siempre será adversa, hagamos lo que hagamos. Pero incluso los libro que a priori nos podrían gustar por su temática y por su estilo, nos caerán fatal si nos acercamos a ellos en un mal momento. Igual que tantas personas a las que conocemos en un mal día y con las que ya será muy difícil entablar una buena relación después del mal comienzo, aunque podríamos haber congeniado.

jueves, 7 de octubre de 2010

AND THE WINNER IS...

El premio Nobel de este año ha sido para Mario Vargas Llosa, cuyo nombre no aparecía en las quinielas que suelen barajar los medios desde varios días antes. ¿Qué voy a comentar a estas alturas? Pues que me alegro, porque el premio ha ido a un autor que escribe en castellano (veinte años después de que se lo dieran a Octavio Paz), porque Vargas Llosa es muy bueno, porque siempre me han gustado sus novelas y porque después de tantas veces en las que se había quedado fuera, se lo merece.
(La fotografía es de Cristobal Manuel y la he tomado de El País)

lunes, 4 de octubre de 2010

BOTES QUE REMAN CONTRA LA CORRIENTE

Acabo de terminar El hotel New Hampshire de John Irving, que narra la historia de la familia Berry, de un viejo oso que atiende por el nombre de Estado de Maine, de su dueño, un judío austriaco llamado Freud, más un montón de personajes pintorescos a cual más estrafalario, teniendo como telón de fondo varios hoteles llamados New Hampshire. Una novela que reúne todas las características de la narrativa de Irving: personajes raros, situaciones a veces poco creíbles, pasajes que se tornan algo densos y, cómo no, un adolescente que es iniciado en el sexo por una mujer mayor que él. Pero… como Irving es un narrador de primera, siempre acabo perdonándole los caminos tortuosos por los que lleva sus historias y leo sus novelas enganchadísima hasta la última línea.

Sin embargo, no pensaba hablar hoy de Irving sino de finales. Concretamente de un final al que Irving hace referencia varias veces en este libro. El de El gran Gatsby de F. Scott Fitzgerald, la novela que una estrafalaria radical de izquierdas austriaca lee en alemán a los hijos de la familia Berry en el Hotel New Hampshire de Viena. El final que evoca el personaje de Lilly, la niña que deja de crecer a los once años y se convierte en una escritora torturada por no creerse a la altura de lo que se espera de su literatura.

Porque dar con un buen final para una novela es tan difícil como hallar un comienzo que agarre al lector por el cuello y no lo suelte. Hay finales tristes que nos dejan con un nudo en el estómago, aunque después concluyamos que la historia no podía acabar de otro modo. Hay finales felices que nos reconfortan, porque nos resarcen de las frustraciones de la vida real. Los hay abiertos, que dejan en manos del lector el camino a tomar. Y luego están los que cierran las historias poniéndoles un broche de oro y esmeraldas. Los que resuenan una y otra vez en nuestra memoria con la tenacidad de un eco inextinguible. Los finales que envidiamos todos los que nos empeñamos en inventarnos vidas paralelas. Finales como el de El Gran Gatsby, una de las mejores novelas cortas que he leído jamás.

(En la fotografía: Robert Redford y Mia Farrow en a película homónima de 1974, dirigida por Jack Clayton)

Gatsby creía en la luz verde, el orgiástico futuro que, año tras año, aparece ante nosotros. Nos esquiva, pero no importa; mañana correremos más deprisa, abriremos los brazos, y… un buen día…
Y así vamos adelante, botes que reman contra la corriente, incesantemente arrastrados hacia el pasado.

Gatsby believed in the green light, the orgiastic future that year by year recedes before us. It eluded us then, but that’s no matter – tomorrow we will run faster, stretch out our arms further… And one fine morning…
So we beat on, boats against the current, borne back ceaselessly into the past.

miércoles, 22 de septiembre de 2010

PARQUE GRANDE JOSÉ ANTONIO LABORDETA

¡Bien por el nuevo nombre de nuestro Parque Grande (antes Parque Primo de Rivera)!!! Desde ahora se llamará Parque Grande José Antonio Labordeta.




domingo, 19 de septiembre de 2010

HASTA SIEMPRE, LABORDETA

En memoria de José Antonio Labordeta, que falleció esta madrugada a los setenta y cinco años. Descanse en paz.

miércoles, 8 de septiembre de 2010

Otra reseña de Días de menta y canela

He dado por casualidad con la reseña de Días de menta y canela que ha publicado Mercedes García Granizo en el Heraldo del Henares. Desde aquí deseo darle las gracias por reseñar mi libro.

Copio la reseña a continuación:

Días de Menta y Canela, título fresco y aroma dulce para una novela de las mismas características, pues rebosa frescura y naturalidad, además trata unos temas muy reales y que están a la orden del día.

La verdad, creo que muchas mujeres nos podemos sentir identificadas con el personaje de Clara, llegadas a una edad que traspasa los cuarenta, hartas de niños, trabajos y marido, a quién no le gustaría vivir una historia apasionada de amor con un desconocido atractivo, que poco a poco nos enamorara y nos hiciera perder la noción del tiempo por unos días…lo que yo no sé si esto es realidad o ficción.

Desde luego en la novela esta historia ocurre con mucha naturalidad pero desconozco si esto se produce frecuentemente en la vida real, o tenemos más prejuicios y nos inunda el sentimiento de culpabilidad ante estas situaciones…

La trama está compuesta por varias historias que se dividen en diferentes temas, por una parte tenemos la infancia y juventud de Clara, personaje protagonista, en Alemania al lado de sus padres y su hermana, esta historia se entremezcla con su vida cotidiana y la convivencia con su marido, que a su vez se ve mezclada con los sentimientos que le despierta Héctor (joven atractivo entrando en la madurez que seducirá a Clara) y por último está la historia del padre de Héctor (el anciano muerto)…

Un sinfín de historias que atraparán al lector desde sus primeras páginas hasta la última.

La novela constantemente nos traslada de España a Alemania y tan pronto estamos en los años sesenta como en los tiempos de hoy en día, y trata uno de los temas tan tópicos y cotidianos como es la emigración a Alemania por parte de los españoles, y todo lo que conllevó este hecho.

Desde luego Carmen Santos, lo relata muy bien, parece una novela autográfica por la viveza y el realismo que tiene. Ideal para leer este verano en la hora de la siesta
.

Para ilustrar esta entrada, he elegido otra de las canciones que forman parte de la banda sonora de la novela: Et maintenant cantada por Gilbert Becaud.


lunes, 6 de septiembre de 2010

LIBREEE...

De momento me han liberado de la escayola (algo antes de lo que me dijeron en Figueres), aunque no de las muletas, que tendré que seguir usando por un tiempo, pero... menudo peso me han quitado de encima. Ahora toca recuperar el tobillo, aunque todo se andará.

(La fotografía la he tomado de gallus.blogia.com)

domingo, 5 de septiembre de 2010

TIEMPO DE VIDA

Hoy otra recomendación literaria. Se trata de un libro que me ha gustado mucho en este verano de lecturas compulsivas: Tiempo de vida de Marcos Giralt. No es fácil hablar de algo tan personal como el propio padre y el dolor que causa su ausencia tras su muerte, y salir airoso de un reto tan difícil. Pero Giralt no sólo ha salido airoso, también ha sabido convertir un relato que podría haberse quedado perfectamente en un desahogo personal - muy beneficioso para el autor, pero poco o nada interesante para el lector - en literatura de la buena, con reflexiones sobre la vida, la muerte, el arte, lo que se siente al crear, la relación de amor-odio que el artista (sea bueno o malo, tenga éxito o no) establece con la pulsión que le empuja a pintar o a escribir sin que pueda dejar de hacerlo.

La verdad es que no suelen atraerme los libros que prometen historias que intuyo muy autobiográficas. Pero éste me lo recomendaron encarecidamente y ha merecido la pena hacer caso. Tiempo de vida es un libro muy valiente, muy sincero, que en muchos momentos me ha conmovido y que me ha enganchado desde el punto de vista literario (aclaro: con ésto quiero decir que leí el libro entregadísima como si estuviera devorando una novela y que en cuanto al estilo me ha parecido muy bien escrito).

Desde luego, ha merecido la pena hincarle el diente.

martes, 31 de agosto de 2010

AMARCORD

Estoy estos días en plan de desempolvar a Fellini y Nino Rota. Hoy cuelgo aquí dos escenas de Amarcord, esa obra maestra del cine.

Primera escena: la de los zangolotinos bailando y soñando en el hotel vacío entre la ventisca:


Segunda escena: la del pueblo al completo - con su acordeonista, la más guapa del lugar, el ligón de cabello engominado y todos los notables - que se hace a la mar en botes para saludar al transatlántico Rex a su paso por la costa. Y, como suele ocurrir con lo que deseamos en la vida con tanta intensidad que hasta nos duele, el transatlántico pasa de largo llevándose sus lucecitas brillantes, que representan cada uno de los pequeños sueños de cada habitante del pueblecito costero.

viernes, 27 de agosto de 2010

UN POCO DE FRESCURICA

Hoy un poco de frescurica para combatir los rigores del calor, aunque sea con la imaginación. ¡Vaya nochecita de bochorno que nos hizo ayer! ¿Quién no se bañaría al estilo de la Ekberg en la Fontana di Trevi - o en las fuentes de la Plaza del Pilar, que pillan más a mano? Y si encima tuviéramos a un señor como Marcello Mastroianni admirándonos, mejor todavía.
Sin embargo, la cruda realidad es que nos toca refrescarnos virtualmente con estas imágenes de "La dolce vita".




martes, 24 de agosto de 2010

MALA PATA

Ya estoy de vuelta en casa después de unas vacaciones algo accidentadas y con escayola debido a una caída de esas tontas. Lo que llamamos vulgarmente un "culetazo". Hace dos semanas, llegamos tan contentos al hotel de Rosas, con la idea de disfrutar de la maravillosa playa de la Almadraba, una de esas pocas playas españolas que aún no han sido destrozadas por el cemento y el mal gusto y donde todavía se conserva la esencia de la Costa Brava más pura. Bueno, pues hasta la tarde, todo muy bien. Pero cuando faltaba poco para la hora de cenar, nos dio por salir a andar un poco por los alrededores del hotel. Llovía con moderación, el bar del hotel estaba lleno y se nos ocurrió hacer tiempo en el exterior. Lo justo para que mi marido pudiera fumarse un cigarrillo (ay, ese vicio) y mientras tanto abrieran el restaurante.

¡Craso error! Como llovía menos de lo que pensábamos, en lugar de quedarnos quietos, nos dio por pasear un poco bajo unos pinos. Y ahí fue donde la cagamos, por decirlo del modo más breve y claro. Resbalé con mis sandalias "fashion" (guapísimas, pero peligrosas, como pude comprobar) y me caí de culo, torciéndome el tobillo de paso. En lugar de cena, tocó ir a urgencias, donde se limitaron a inmovilizarme el pie con un vendaje apretado, me dijeron que no apoyara durante 48 horas y que volviera a la semana para quitarme el vendaje.

Cumplí a rajatabla lo de las 48 horas y al tercer día empecé a apoyar el pie con la ayuda de las muletas. Dolía, sí, pero pensé que era normal. Al fin y al cabo, los esquinces y las torceduras suelen doler, me decía, y seguía insistiendo en lo de caminar. Pero cuando, expirado el plazo, fuimos a que me quitaran el vendaje, llevaba el pie tan hinchado que me mandaron al hospital de Figueras para hacer una radiografía. Diagnóstico: fractura del peroné (a la altura del tobillo) y escayola para mes y medio. Más un chasco monumental, porque en ningún momento había perdido la esperanza de poder bajar algún día a la playa o a la piscina, aunque fuera ya al final de nuestra estancia en Rosas.

Encajado el chasco, la primera idea fue preparar el equipaje y volver a casa, pero tanto los dueños del hotel como el personal fueron tan atentos y amables con nosotros, que decidimos quedarnos. Puesta a desplazarme con muletas hasta en las distancias más cortas, al menos allí teníamos una hermosa vista a la bahía de Rosas, excelente comida y los mimos de la gente del hotel (que fueron todos encantadores, como nunca me cansaré de repetir).


Ahora estoy en casa al estilo de James Stewart en La ventana indiscreta, pero con menos tramo de escayola (afortunadamente) y sin patio interior de esos cotillos para espiar a los vecinos, así que no creo que de este infortunio salga una historia hitchcockiana. Con las articulaciones de los brazos doloridas por el uso de las muletas (nunca habría pensado que cueste tanto aprender a usar esos chismes; a mí se me da fatal), un botín de escayola que pesa un quintal y contando los días como esos presidiarios que van pintando rayitas en la sucia pared de su celda (es un decir; las paredes de casa están intactas).

Y esto es lo que hay. Aprovecharé el tiempo de reposo forzado para avanzar con mi novela usando el portátil, leeré los libros que tengo pendientes (muy pocos, porque estos días de "postración" estoy leyendo mucho) y me asomaré de vez en cuando a esta casa.

Por cierto, de los libros que he leído este verano, recomiendo encarecidamente:

La luna roja
, de Luis Leante (a este autor lo descubrí con Mira si yo te querré. Esta es la segunda novela suya que leo y, desde luego, no será la última).

También me ha gustado mucho La cinta roja de Carmen Posadas, una novela muy bien documentada que se desarrolla durante los años de la Revolución Francesa.

Como sin duda devoraré más libros, seguiré comentando.

domingo, 1 de agosto de 2010

DESCANSITO VERANIEGO

Como todos los años por estas fechas, bajo la persiana del chiringuito y me tomo un descanso de blog hasta septiembre. Portaos bien este verano (pero no demasiado, que gamberrear un poquito es bueno para la salud) y nos veremos por estos lares en septiembre. Mientras tanto, os dejo en compañía de Fred Astaire y Ginger Rogers en Flying Down to Rio. No es que vaya a volar a Río de Janeiro ni mucho menos (ya me gustaría, ya), pero es que este número tan kitsch de los aviones que sobrevuelan la ciudad, mientras sobre sus alas montones de chicas modernas (de la época, claro) hacen acrobacias y cantan y el fideo de Fred Astaire canta y da pasos de baile en tierra bajo la mirada atenta de señores regordetes en bermudas y calcetines hasta la rodilla... pues ¿qué voy a decir? Me priva esta escena y su música me llena de optimismo estival. Una es que tiene sus perversiones inconfesables, como la de disfrutar con las viejas películas de Fred y Ginger.

Au revoir.

jueves, 29 de julio de 2010

"DÍAS DE MENTA..." EN LA BIBLIOTECA IMAGINARIA

Hoy sale en la estupenda web LA BIBLIOTECA IMAGINARIA de Cristina Monteoliva una reseña de Días de menta y canela y entrevista con una servidora. A quien no conozca todavía esta web, le digo que merece la pena echarle un ojo... o incluso los dos. Hay reseñas de libros, entrevistas, noticias culturales. En resumen: Very very interesting...

Muchas gracias, Cristina.

Reseña

Entrevista

Pregunta para nota: ¿Quién será la niña de la foto? ¡Ay, qué difícil!

viernes, 23 de julio de 2010

CALIFORNIA DREAMING

Últimamente tengo las neuronas en stand-by del calor que ha hecho y ahora también el termostato del body desconcertado por este último cambio brusco de temperatura. Si es que necesito vacaciones con urgencia, aunque de momento me conformaré con viajar mentalmente a la soleada California de los años sesenta. Aquellos años de contracultura, hippies melenudos ellos y ellas, flower power, haz el amor y no la guerra, la llegada del hombre a la luna, rebeldía por doquier… y una especie de optimismo en el aire que ahora hemos perdido. Cuando veo películas de los años sesenta, cuenten lo que cuenten, con la mayoría de ellas me da la impresión de que desprenden un no se qué optimista que ya perdimos hace años.

Los que fuimos niños en la década de los sesenta crecimos rodeados de confianza en el futuro, porque todos los días nos vendían la moto de que la humanidad sólo podía mejorar, que los avances técnicos y el progreso eran imparables y que erradicaríamos hasta las enfermedades que siempre habían azotado al ser humano. Fueron tiempos anteriores al sida, a la primera guerra de Irak (y a la segunda) y a tantas otras calamidades que nos bajaron de las nubes. Los ilusos años sesenta. California Dreaming…

California Dreaming de The Mamas & The Papas

sábado, 17 de julio de 2010

CADA DÍA DUDO ENTRE LIMPIAR O TRABAJAR...


"Cada día dudo entre limpiar o trabajar. Siempre termino escribiendo". Esther Freud observa la habitación de su casa en el norte de Londres como si fuera la primera vez en mucho tiempo”


Esther Freud, a la felicidad por la escritura. Babelia, El País


Jajaja, esto mismo me ocurre a mí con el cuartito donde escribo (decir estudio o despacho siempre me ha provocado escalofríos por lo pretencioso). Debería ordenarlo y tirar algunos (muuuuchos) papeles sobrantes y más de un trasto, pero en lugar de eso, hago como la señora Freud: me pongo a escribir y olvido el desorden. Si es que no tenemos remedio.


(La fotografía la he tomado de El País)

martes, 13 de julio de 2010

¿Soñamos un poquito?

He leído hoy en El País que ayer falleció a los 87 años Olga Guillot, la “reina del bolero”. Y he recordado cómo de joven fingía despreciar el bolero, al igual que el tango, la copla o la música de Frank Sinatra y Edith Piaf, por el mero hecho de que pertenecían a la época en la que mis padres vivieron su juventud. Y cuando somos jóvenes, buscamos derribar el mundo y los valores de nuestros padres para construirnos los nuestros. Y eso incluye aborrecer la música de nuestros viejos, no vaya alguien a llamarnos anticuados o hasta reaccionarios, calificativo que en los años setenta era lo peor de lo peor.

Ahora ya tengo una edad. Y lo bueno de cumplir los años que tenían nuestros padres cuando les considerábamos carrozones sin remisión, es que por fin empezamos a atrevemos a ser nosotros mismos. A los cincuenta pasamos de hacernos los modernos o de andar por ahí de vanguardistas para sentirnos jóvenes y rebeldes. Lo importantes es disfrutar de cada día, porque no estamos para perder el tiempo en tonterías. Ahora me permito deleites de los que antes me avergonzaba, como proclamar que me encanta Edith Piaf, o que me gusta escuchar viejos boleros cubanos mientras imagino una noche tropical junto al mar, cuya brisa densa y tibia acaricia la piel mientras los cuerpos se mecen al compás de un bolero, desgarrador y tórrido como la mismísima pasión. Por supuesto, un escenario así no tiene gracia sin una buena compañía. Así que, soñemos durante un instante con perfumados y seductores galanes vestidos de smoking blanco, al estilo de Humphrey Bogart en Casablanca, pero en guapo, al tiempo que oímos cantar a esta señora a la que llamaban la “reina del bolero”.



lunes, 12 de julio de 2010

EL PULPO MÁS LISTO DEL MUNDO

El pulpo más listo del mundo acertó con su predicción: La selección española de fútbol ya es campeona del mundo. Ayer hasta vi un trocito del partido – yo, que me aburro como una ostra viendo cómo se disputan un balón veintidós chavales en pantalón corto – y me alegré mucho por esos chicos que jugaron tan bien y con tanto ímpetu, encajando patadas holandesas a discreción.

Bravo por ese beso a lo Gary Cooper que le dio Iker Casillas a su novia delante de las cámaras. Después de las barbaridades que se escribieron y se dijeron sobre Sara Carbonero cuando España perdió aquel partido contra Suiza, imagino que Casillas tendría unas ganas locas de dar en las narices a todos aquellos agoreros. En cualquier caso, aparte de romántico, resulta muy refrescante en estos días de bochorno (sobre todo para besadore@s y besad@s, claro).


viernes, 9 de julio de 2010

ESE PULPO, ESE PULPO... EH


El Pulpo Paul ha vaticinado hoy que España ganará el mundial. ¿Acertará Paul el próximo domingo? Esperemos que sí. Como se equivoque, yo vaticino que en este nuestro país le van a caer al pulpo las del ídem.

(Fotografía tomada de www.heraldo.es)

miércoles, 7 de julio de 2010

Días de menta y canela en guapaysaludable.com

La web guapaysaludable.com menciona Días de menta y canela en su selección de lecturas recomendadas para este verano.


El enlace


Bueeeeno, ya sé que esto puede sonar a autobombo, pero siempre me hace muchísima ilusión cuando veo que recomiendan a uno de mis niños literarios, y a Días de menta y canela le tengo un cariño especial.


Para ilustrar la entrada, Chico Buarque cantando Sem Voce, una canción que forma parte de la "banda sonora" particular de la novela.



martes, 6 de julio de 2010

YA ES VERANO...

Hay quien piensa que el verano empieza el 22 de junio, otros creen que arranca cuando El Corte Inglés da el pistoletazo de salida para las rebajas. A mí me entra la sensación de verano cuando echan en la tele el spot playero-erótico-romántico de Dolce & Gabbana protagonizado por el modelo David Gandi, el más guapo entre los guapos de Guapilandia. Uséase, que ahora sí ha llegado el verano.




Y aquí la canción que emplean todos los años para el anuncio:

viernes, 2 de julio de 2010

STANLEY DONEN Y CHARADA

Hoy viene una interesante entrevista en El País a Stanley Donen, director de películas tan maravillosas como Cantando bajo la lluvia, Una cara con ángel, Dos en la carretera y… Charada, una de mis películas favoritas. Ay, esa maravillosa escena en el bateau mouche que recorre el Sena por la noche. En mi novela La cara oculta de la luna tiene una gran importancia esta película. Cuelgo un pequeño extracto en el que la protagonista habla de Charada:

Desde niña soy soñadora hasta la idiotez y esa cursilería me sale en los momentos más inconvenientes. Charada, la película de Stanley Donen con Cary Grant y Audrey Hepburn, siempre ha sido mi debilidad suprema. El talón de Aquiles que Julio aprovechó para vencerme. Aún me encandila la escena cuando Cary Grant y Audrey Hepburn cenan en un barco que recorre el Sena nocturno. De pronto se apagan las luces que adornan la embarcación. Ésta se desliza a oscuras sobre el agua, mientras un reflector sorprende a varias parejas besándose junto al río y a música de Manzini embellece a ese París de película, hermoso como nunca llega a ser la realidad. Para qué iba a decir a Julio que no estábamos en París, que él no se parecía a Cary Grant y yo no tenía de Audrey Hepburn ni el blanco del ojo. Estaba decidido. Cenaríamos en el barco-restaurante. Me callé y claudiqué. Una vez más.

Aquí la escena del Sena de Charada:




Y para estimular el optimismo a bordo, algo que nunca viene mal en tiempos de crisis, la escena de las escenas de Cantando bajo la lluvia y del musical de Hollywood. La he colgado ya alguna vez, pero es que me encanta. Es otra de mis debilidades.

domingo, 27 de junio de 2010

CIGALA Y TANGO

Para esta tarde de domingo estival una canción que me encanta: Alfonsina y el mar, cantada por Diego El Cigala a ritmo de tango.

jueves, 24 de junio de 2010

¿POR (PARA) QUÉ ESCRIBO?

He leído hoy en El País un descorazonador, pero muy acertado, artículo de Vicente Verdú sobre la situación actual en las letras. Digo descorazonador, porque Verdú habla de la extinción de la clase media entre los escritores, entendiéndose por clase media el grupo de autores que, sin ser superventas de esos que arrasan, vende una cantidad de ejemplares más modesta pero nada despreciable. Algo que tampoco es fácil, teniendo en cuenta la feroz competencia que hay en las mesas de novedades de las librerías. Aunque, como dice Verdú, hoy en día hay que vender cientos de miles de ejemplares para sobrevivir en el negocio. Es decir, mientras unos pocos autores venden mucho y se hacen cada vez más famosos, con lo que aún venden más y se incrementa su fama y aumentan aún más las ventas, el 95% de los títulos (cifras que da Verdú) que se publican y en consecuencia, sus autores, no se come una rosca.

Aquí está el enlace al artículo para quien quiera leerlo.

Lo dicho, me ha parecido un artículo acertado y muy interesante, pero descorazonador del todo. Después de leerlo, me he quedado un rato con la moral por los suelos, preguntándome si merece la pena seguir quemándome las pestañas ante el ordenador con semejante panorama. Aunque enseguida he llegado a la conclusión de que sí vale la pena. No para ganar mucho dinero. Es más fácil hacerse rico jugando a la lotería que escribiendo novelas. Eso lo tengo claro desde mucho antes de publicar mi primer libro. Tampoco por la fama. Para hacerse famoso, es mejor apuntarse a un reality show, cuanto más truculento y morboso, mejor. Claro que también nos podemos ligar a un futbolista famoso, pero en eso hay casi tanta competencia como en las mesas de novedades de las librerías y conviene reunir ciertos requisitos físicos, empezando por tener la edad adecuada.

No, yo escribo por una razón que incluso podría calificarse de mucho más patética que las anteriores: Escribir es mi vicio. Una adicción pura y dura. Escribir me hace sentir mejor conmigo misma y con la vida. Cuando no tengo ninguna historia entre manos, me falta algo y ando por ahí tan ansiosa como una yonqui privada de su dosis, por lo que estoy condenada a seguir pariendo novelas, evolucione como evolucione el panorama literario.

Conclusión inevitable: acabo de decidir que en mi próxima reencarnación quiero ser Carmen Lomana y concursar en Más Que Baile.

(La fotografía de Carmen Lomana está tomada de formulatv.com)

miércoles, 23 de junio de 2010

PREMIOS DARDO Y BLOG DE ORO

Hoy me he llevado una gran alegría al entrar en el blog Testigo de Ernesto y ver que comparte conmigo los premios Dardo y Blog de Oro. Los que lo hayais visitado ya, sabréis que se trata de un espacio que rebosa cultura y sensibilidad, además de contar las noticias destacables con gran precisión y haciendo un análisis minucioso de la realidad. A los que no conozcáis todavía este blog, os lo recomiendo encarecidamente. Es muy bueno.

Muchas gracias por los premios, Ernesto.

Ahora también estoy en Facebook

Como ya habréis observado por el enlace que he puesto en la parte superior derecha del blog, no contenta con tener una bitácora que últimamente no puedo actualizar como es debido, he sucumbido a los cantos de sirenas de las nuevas tecnologías y he abierto una cuenta en Facebook. La idea es ir colgando las mismas entradas que en el blog y cuando aprenda a manejarla bien, ir ampliando la información.

Bueno, todo esto suena de maravilla, pero de momento hay una pequeña pega: tal como está configurada la cuenta, sólo pueden ver mis entradas los usuarios registrados en Facebook. He intentado cambiarla para que esa información quede a la vista de todos, pero no he dado todavía con el modo de hacerlo. Algún día lo descubriré.

Si mientras tanto, alguien que sepa cómo lograr esa hazaña tiene ganas de explicármelo, se lo agradeceré un montón. Yo seguiré probando.

Ahora mismo, lo que se vé es sólo esto: