Hay una fotografía de Capa, de 1936 y perteneciente a la colección permanente del Museo Reina Sofía, que siempre me ha impresionado. La de un miliciano y una miliciana que descansan en sendas hamacas e intercambian sonrisas que podrían definirse como amorosas. Él sujeta con indolencia el arma y sonríe a la chica mostrándole sus dientes grandes, mientras ella parece abandonarse al placer de estar tumbada al sol junto al hombre amado. Quién sabe, a lo mejor esos dos ni siquiera eran pareja, sólo compañeros de lucha que descansaban un rato de la guerra charlando de trivialidades. Pero al contemplarlos, no puedo evitar pensar que son dos personas que se aman e intentan disfrutar de su amor aferrándose a unos minutos de normalidad en medio del caos.
Este blog nació para hablar de un libro, pero ha crecido y ahora le apetece hablar de todo un poco
lunes, 4 de mayo de 2009
FOTOGRAFÍAS DESDE EL FILO
El otro día hablaban los periódicos del hallazgo de fotografías inéditas de Robert Capa, Gerda Taro y David Seymour, que habían dormido el sueño de los justos durante setenta años hasta que fueron descubiertas y restauradas. En Público viene un interesante artículo al respecto y una muestra de algunas de estas fotos. Son impresionantes.
Máquina de escribir destruida después de un bombardeo en Gijón, 1937, David Seymour.
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6 comentarios:
Hola Carmen.
Veo estas fotos y recuerdo que tengo un sueño y es aprender a plasmar con el objetivo un más allá que a veces no consigo plasmar.
La grandeza de la fotografía de la pareja es precisamente el mensaje que a ti te inspira, y si tu la ves así (yo también) es así, quizá eran ambas cosas, una pareja de milicianos descansando de la gurra y que además se amaban.
La complicidad es lo que el fotógrafo plasmó.
Un besico.
¿para cuando la novela?
Ni te conozco ni te se, pero prometo poner mis pupilas en tu palabra apenas sepa que publicas....
Qué gran foto esta última. Un momento de ternura y complicidad en medio de semejante y tan terrible vorágine. Tremenda.
Saludos.
Hola, Montse. Me alegro mucho de verte por aquí. Tienes razón, la grandeza de una fotografía (de ésta y de todas) es el mensaje que inspira, lo que consigue transmitir al que la contempla. Eso no es nada fácil de conseguir.
Besicos
Me alegro mucho de conocerte, Pinocho. Gracias por visitar este blog.
Besos
Cierto, 39escalones. Es tremenda. Es de esas fotos que cuando las contemplamos, podemos imaginarnos toda una historia.
Besos
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