Este blog nació para hablar de un libro,
pero ha crecido
y ahora le apetece hablar de todo un poco
martes, 17 de marzo de 2009
AYALA Y FACEBOOK
Esto me llamó la atención ayer:
Francisco Ayala, a sus 103 años recién cumplidos, tiene perfil en Facebook. Para que luego digan que las personas mayores no están puestas en internet.
El abuelo de mi marido murió cumplidos los 99 y a menudo decía que su cuerpo estaba viejo y cansado pero por dentro se sentía como 'joven como siempre'... ese 'siempre' comprendía que no le acompañaban sus dolores y achaques a lo que él hubiera querido hacer entonces. Eso era lo que le frustaba: tener un freno permanente a su iniciativa y sus ganas. Él le cantaba muchas mañanas a su mujer desde su sillón y tenían humor hasta para discutir por tonterías como dos niños de 99 y 85 años. Todo un placer conocerlos y quererlos, a los dos los adopté como mi abuelo y mi abuela. Us estimo avi Lluis i iaia Lola.
Hola, Mon. El abuelo de tu marido debió de ser un hombre muy especial. Esto de hacerse mayor puede ser muy frustrante, porque el envejecimiento del cuerpo no suele andar a la par con el de la mente. Por dentro nos sentimos tan jóvenes como cuando teníamos veinte o treinta años, pero la envoltura va cambiando... y no para bien. Una putada. Besos
2 comentarios:
El abuelo de mi marido murió cumplidos los 99 y a menudo decía que su cuerpo estaba viejo y cansado pero por dentro se sentía como 'joven como siempre'... ese 'siempre' comprendía que no le acompañaban sus dolores y achaques a lo que él hubiera querido hacer entonces. Eso era lo que le frustaba: tener un freno permanente a su iniciativa y sus ganas. Él le cantaba muchas mañanas a su mujer desde su sillón y tenían humor hasta para discutir por tonterías como dos niños de 99 y 85 años. Todo un placer conocerlos y quererlos, a los dos los adopté como mi abuelo y mi abuela. Us estimo avi Lluis i iaia Lola.
Hola, Mon. El abuelo de tu marido debió de ser un hombre muy especial.
Esto de hacerse mayor puede ser muy frustrante, porque el envejecimiento del cuerpo no suele andar a la par con el de la mente. Por dentro nos sentimos tan jóvenes como cuando teníamos veinte o treinta años, pero la envoltura va cambiando... y no para bien. Una putada.
Besos
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